Estas son lombrices.
No son de las que
se arrastran en la tierra.
Son lombrices parasitarias.
Viven en los intestinos de un ser humano.
Pueden crecer hasta
30 centímetros de longitud,
y en este frasco hay 200 por una razón:
es la cantidad que normalmente podría
haber en la panza de un niño infectado.
Las infecciones por lombrices
parasitarias existen hace milenios.
Han afectado el resultado de guerras
y, por mucho tiempo, la salud humana.
Ascaris, anquilostomas,
tricocéfalos, esquistosomiasis...
Las infecciones de estas especies
provocan dolor y malestar.
Roban los nutrientes y quitan la energía.
Atrofian el desarrollo tanto
físico como cognitivo.
En muchos casos, estas lombrices
no llegan a matar,
pero, paradójicamente,
eso es parte del problema.
Significa que en muchos países
no han podido priorizar su tratamiento.
Esto conlleva un costo social:
los niños sin acceso a tratamientos
tienen mayores tasas
de absentismo escolar.
Los adultos que crecen sin ser medicados
son menos productivos
y tienen menores ingresos.
Lo que los parásitos intestinales hacen
en verdad es limitar el potencial.
Hoy, en el mundo, hay 17 mil millones
de personas en riesgo por estos parásitos.
Seiscientos millones de ellos
viven en África.
Por cada dólar invertido en control
y prevención antiparasitaria,
los países africanos tienen
un beneficio económico de hasta 42 dólares.
La buena noticia es que desparasitar
es extremadamente fácil.
Entre una y tres píldoras
una o dos veces al año
alcanzan para que un niño
con 200 parásitos llegue a tener cero
y lo proteja de infecciones futuras.
En comunidades donde
predominan estos parásitos
se los puede tratar en la escuela.
El proceso es sumamente sencillo y rápido.
Por ejemplo, en Etiopía,
se desparasita a 20 millones de niños
en cuestión de semanas.
El mundo ha hecho un gran avance
en conseguir los medicamentos
para quienes los necesitan,
y los gobiernos africanos
quieren ser más eficaces.
Ahora es el momento
de combinar aspiraciones.
La Fundación END
colaborará con los gobiernos
para crear un plan
que reduzca drásticamente
las consecuencias
de las infecciones intestinales.
Trabajarán juntos en asegurar
programas de prevención y tratamiento
que incluyan a todos.
La Fundación END tiene una audaz idea:
cree que somos la generación que terminará
con estas enfermedades para siempre.
La clave no solo está
en crear programas nuevos,
sino también en mejorar los esfuerzos
de los programas existentes.
Al observar cómo las lombrices
trasmiten enfermedades,
la Fundación END identificó
cinco áreas claves para impulsar mejoras.
Número uno: reducir
el costo del tratamiento.
Muchas compañías farmacéuticas
donan medicación antiparasitaria,
así que END trabaja
con los socios apropiados
para coordinar las entregas.
Continuarán garantizando las donaciones
para otras poblaciones en riesgo.
Hoy pueden hacerlo por menos
de 25 centavos anuales por niño.
Número dos: concentrarse en la prevención.
La Fundación END llama a los socios
a educar a las comunidades
en saneamiento e higiene
para modificar conductas
tales como el lavado de manos
y el uso de letrinas,
asegurándose de que las personas
no se infecten de nuevo.
Número tres: invertir en innovación.
La Fundación ha contribuido
a desparasitar
por medio de técnicas innovadoras
destinadas a tratar a las personas.
Probarán nuevos métodos de entrega,
irán a donde se desarrollan los parásitos
e influirán en cambios de conducta.
Número cuatro: controlar y evaluar.
La Fundación END recopila regularmente
datos de todos los programas
para implementar futuras mejoras
con el paso del tiempo.
Número cinco: aumentar
la participación local.
En todas las etapas del proceso,
la Fundación END trabaja
con gobiernos y actores locales
para alentar el compromiso de cofinanciar
las medidas antiparasitarias.
También trabajaron
con filántropos africanos
y con líderes corporativos
para acompañar estas iniciativas.
Existe una gran oportunidad de trabajar
juntos para crear un sistema nuevo
que elimine las enfermedades
en la próxima década y años posteriores.
Parte del dinero que necesita END
se destinará a brindar
tratamientos antiparasitarios
a quienes los necesitan
y la otra parte se destinará a
facilitar el traspaso de los programas
a las autoridades locales.
En conjunto, se crearán programas
de prevención y tratamiento
que serán sostenibles
y sumamente duraderos.
Si este plan se financia en su totalidad
durante los próximos seis años,
decenas de millones de personas recibirán
tratamiento antiparasitario.
Por medio de esto, los países detendrán
el ciclo de transmisión de enfermedades
en todos los niveles,
y lo más importante es que las personas
experimentarán mejoras significativas
en su salud mental, física y social.
Imaginen el potencial que se obtendrá
cuando la gente pueda dejar
de preocuparse por esto
y concentrar su energía
en cosas como estas.
(Voces de estudiantes superpuestas)
(Aplausos y cantos)
(Vítores)