Permítanme preguntarles algo.
Cuando eran pequeños,
¿Cuál era su plan?
El sueño, el camino que querían seguir.
¿Convertirse en astronauta,
médico, científico?
Bueno, el plan va así:
vas a la escuela, estudias,
vas a la universidad, sacas buenas notas
luego estudias una maestría,
un doctorado quizá,
y luego consigues
un buen trabajo en un lugar grande,
no sé, en Microsoft,
Google, NASA, lo que sea.
Ese era mi plan también.
Pero déjenme transportarlos en el tiempo.
Hace seis años, yo tenía 16
y me encantaba la tecnología.
Quería hacer bastantes experimentos
e intentar muchas, muchas cosas.
Y cree mi propio “laboratorio”.
Ahí lo tienen.
(Risas)
Cuando hacía la secundaria,
tenía un amigo, a quien también le
encantaba experimentar con tecnología,
él era como yo, así que un día
mientras estábamos en clase,
uno de sus maestros de física
se nos acercó y nos dijo:
“¡Chicos!
Hay unas personas que
intentan hacer un experimento conmigo,
Y me gustaría que Uds. se nos unieran”.
Así que fui y comenzamos a trabajar
en diferentes proyectos en su laboratorio.
Al inicio era super aburrido,
hasta que un día vino y nos dijo:
“¡Chicos!
Tiempo atrás unos muchachos trataron
de producir electricidad de la tierra.
¿Por qué no lo intentan?
Tal vez esto les abra las puertas”.
Y sin pensarlo dos veces,
decidimos que era algo divertido de hacer.
Así que comenzamos a trabajar en ello,
y en tres meses,
ambos dejaron de trabajar conmigo.
No obtuvimos ningún resultado,
Pero ya saben, yo sentía como
que algo me empujaba hacia eso,
así que lo seguí intentado un poco más.
Para ser más específico, un año después,
hice mi primera prueba de concepto,
que era una mesa enorme llena de tierra,
que apenas daba suficiente
para encender una luz minúscula.
Ese fue sólo el primer paso,
pero fue suficiente para convencer
a algunas personas para ayudarme.
La primera inversión que obtuve
fueron 100 euros de otro maestro,
Él quería que yo participara
en un concurso nacional de escuelas.
Así que hice como me dijo.
Fui al concurso y me di cuenta
de algo muy importante.
A la gente le gustaba mi idea.
Ya no pensaban que estaba loco.
Bueno, en realidad sí lo piensan
por mis planes,
pero ahora estaban convencidos de que
tal vez era una tecnología prometedora.
Pasó un año más,
y la noche anterior
a mis exámenes finales,
que, por cierto,
es uno de los momentos
más determinantes de mi carrera,
decidí que ya no quería estudiar,
que iba a dejarlo,
que quería trabajar en mi proyecto.
Así que comencé a buscar en Google,
cualquier cosa que tuviera que ver
con investigación, innovación,
financiamiento…
No sé, cualquier cosa
para conseguir dinero o consejo.
En aquel tiempo, no se utilizaba
el término “Start-up” en Chipre,
era algo nuevo para mí.
Envié más de 50 correos,
y de esos 50 correos,
recibí cinco respuestas.
Dos fueron “No” de forma amable,
Tres fueron “Sí, tal vez,
queremos saber más.”
Una de esas compañías,
por suerte, era de Chipre.
Entonces decidí intentarlo con ella.
Les mandé un correo,
y acordamos una reunión,
Entonces me presenté
con un prototipo mucho mejor.
Y logré convencerlos de trabajar juntos
el siguiente año y medio.
Al final de ese tiempo participamos
en el “Web Summit”.
El Web Summit es una gran conferencia,
especializada en Start-ups,
tal vez, una de las mejores en el mundo.
Había más de 60 mil participantes
y compañías de todo el mundo.
Todas las grandes: Google, Microsoft,
Instagram, Facebook, Gary Vee,
todo lo que se puedan imaginar.
Todo el mundo estaba ahí.
El primer día,
tenía algunos prototipos
y un pequeño stand,
y lo presenté a algunos inversionistas,
pero siendo honesto, no me fue muy bien.
No sé, era la primera vez que hablaba
con verdaderos inversionistas.
El segundo día era la competencia.
Esta comienza con 1500 compañías
Y después de pasar por tres rondas
llegas a la final.
No sé cómo o por qué
o qué pasó exactamente,
no lo recuerdo, pero llegué a la final.
La final consistía en presentar
el proyecto en una plaza,
Esta que ven en la foto.
Estaba frente a 15 000 personas,
con cobertura mediática mundial,
así que estaba realmente asustado.
Nunca me imaginé hablando ante la gente,
además era la primera vez
que estaba ante un jurado.
En cualquier caso, recuerdo
que pocas horas antes de la presentación,
me dieron un brazalete que decía
“Conferenciante invitado”,
Y ese brazalete tenía poderes mágicos.
Pasas detrás del escenario
y levantas tu mano así,
y la gente de seguridad te da paso así,
Y entras con las celebridades,
ves algo tremendo.
Todos los nombres importantes.
Recuerdo haber visto a Gary Vee
¡Oh, Gary Vee y yo en el mismo cuarto!
Nunca esperé algo así.
Como pueden imaginarse,
utilicé este poder con sabiduría,
así que entré, salí, entré, salí,
entré, salí, haciendo así.
(Risas)
Honestamente, fue divertido
ser una estrella por un momento.
En resumen, la presentación
salió mejor de lo esperado,
y para cuando terminó,
mi vida había cambiado.
El día anterior rogaba a inversionistas
para que me escucharan;
al día siguiente, los inversionistas
llamaban a mi puerta.
No cualquier inversionista, los grandes.
Grandes compañías discutían
millones de dólares en contratos conmigo,
era algo enorme.
Es decir, yo tenía 19 años,
nunca me imaginé esto.
Ahora, Uds. pensarán...
Si, ahí está la foto.
Ahora, Uds. pensarán que después de esto,
tuve una vida más feliz,
ganando millones y millones,
y viviendo muy feliz,
como un emprendedor puede llegar a serlo.
La verdad, es que
sobreestimé mis capacidades,
mi experiencia en los negocios,
y mi confianza en la gente.
Y eso me costó muy caro.
Para no hacer el cuento largo,
el proyecto se detuvo.
Yo perdí cuatro años de trabajo por nada.
Lo único que me quedó,
fue la experiencia ganada,
y nada más.
Ya se pueden imaginar
lo deprimente que fue
lidiar con ese enorme fracaso
a los 19 años,
sabiendo que,
no es que tu proyecto
no estuviera a la altura,
sino las circunstancias a tu alrededor.
Fue terrible.
Por varios meses,
no tuve energía para hacer nada.
Faltaba a clase,
de hecho, no iba a la universidad,
no me veía con mis amigos,
no hacía nada específico.
Tras unos meses me enteré de
una convocatoria a un concurso
el “NASA Space Apps Hackathon”.
Es un concurso a nivel mundial,
organizado por la NASA,
Te dan ciertos problemas,
que tienes que resolver,
y si los resuelves correctamente,
vas a la final, y si ganas,
te invitan a Cabo Cañaveral
para el lanzamiento de un cohete.
Yo pensé, "¡Eso es fantástico!"
Honestamente, yo nunca…
Yo pensé, que ganar era imposible,
era algo grande,
pero por qué no intentarlo,
para saber de lo que era capaz.
Hasta ese momento, todos dudaban
de mis habilidades como líder
o director, o cualquier cosa por el estilo
así que dije “¡Inténtalo!
y ya veremos qué pasa”
Es decir, ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Perder el concurso.
Así que organicé
un equipo de 17 personas.
De empresario individual,
a equipo con 17 personas
fue una gran diferencia.
Y todos eran de diferentes edades,
diferentes orígenes,
diferentes mentalidades,
Era… un desastre.
Recuerdo que uno de
los organizadores del concurso local,
se acercó, me dio la mano y dijo,
“Apuesto que, en un equipo como este,
sólo hay dos opciones:
van a hacer algo magnífico,
o será un gran fracaso.
Y yo apuesto por lo segundo”.
Y pensé, “¡Qué motivador!"
(Risas)
Quiero decir,
uno no va y dice eso a alguien
que está comenzando,
Especialmente después de
un periodo algo deprimente.
Así que, asumí el reto.
Para no hacer el cuento largo,
fue una cosa enorme.
Durante 48 horas, tuvimos
muchísimos problemas,
peleamos con integrantes de otros equipos,
algunos aún me odian, a causa de eso,
pero al final de esas 48 horas,
logramos obtener sólo
un tercer lugar a nivel local.
Es decir, el tercer lugar de diez equipos,
fue decepcionante.
No era lo que yo quería.
Pero conseguimos el boleto
para el concurso mundial,
así que había una oportunidad.
A continuación, tuvimos
cinco semanas de grandes problemas,
no sé como llamarlo,
pero fue algo extraño.
tenía que lidiar
con muchos problemas al mismo tiempo.
Pelear con esto, pelear por aquello.
Todos me odiaban en ese momento.
Incluso mis amigos no tenían
ganas de tratar conmigo,
yo estaba súper enojado todo el tiempo
me levantaba, hablaba por teléfono,
y todas esas cosas.
Para cuando todo acabo,
de nuevo, no sé cómo o por qué,
tal vez el trabajo duro,
otros lo llaman suerte,
fuimos lo ganadores mundiales,
algo que nunca esperé.
Y obtuvimos una invitación
muy amable de la NASA
Fue algo increíble, lo de
recibir una invitación de la NASA.
Y soy ingeniero, entonces fue como
“¡Guau!, esto es más rápido
de lo que pensé.”
Pero el problema, en realidad
el gran problema acababa de comenzar,
sólo teníamos 3 semanas
para conseguir patrocinio de
casi 80 000 euros en Chipre,
para cubrir los gastos de 17 personas que
volarían a Cabo Cañaveral por una semana
para presenciar el lanzamiento del cohete,
no era una cosa para nada fácil.
Y no sé, cómo es
en otras partes del mundo,
pero en Chipre, esto era
prácticamente imposible.
Nuevamente, perdimos
y ganamos muchas batallas,
pero al final del día, lo logramos.
¡La gran aventura, NASA!
Podría seguir hablando de esto
horas y horas:
La gente que conocimos,
las cosas que vimos,
el cambio de mentalidad,
la forma en que vemos la vida
después de esta experiencia.
Todo estaba cambiando,
tal vez para algunas personas
es una cosa pequeña,
pero para nosotros,
fue un logro extraordinario.
Inmediatamente decidí que era
hora de ejecutar mi plan más grande.
Haciendo algo
en el campo de nuevas empresas,
o innovando por mi cuenta.
Actualmente tengo 22 años.
Tengo dos start-ups:
Una en el área de mecanobiología
Y otra en materia de drones,
y las cosas, puedo decir que van bien,
tenemos muchos fracasos, una y otra vez
pero quién sabe lo que
nos deparará el tiempo.
La verdad es que
siempre hay algo que
se interpone en el camino.
Ya sea una persona, una relación,
una elección de vida, un obstáculo,
una creencia, una duda, cualquier cosa.
Siempre hay obstáculos en tu camino.
Nuestros cerebros están programados
para creer que el éxito y la realización
se logran siguiendo
un camino definido por la sociedad.
Ve a la escuela, luego a la universidad,
luego la maestría, el doctorado,
un buen trabajo
donde ganar lo suficiente para costear
la mayoría de las cosas que te gustan,
luego pon a tus hijos en el mismo camino.
Pero tu propósito en la vida
es más que eso.
El objetivo es cambiar el esquema
y reescribir esa historia.
Hacer que valga la pena.
Hacer que esa historia nos encamine
a la propia realización;
no de la del vecino.
No detengan sus sueños,
pensando que “Aún no es el momento,
no me siento bien preparado,
no soy suficientemente bueno”.
Esas son mentiras,
Son pretextos que uno da,
por tener miedo a intentarlo.
Uno se subestima al decir:
“No soy lo bastante listo,
no soy lo suficientemente bueno,
no tengo la edad, no me he graduado,
no he hecho esto, no he hecho lo otro.
No existe el momento adecuado.
Hoy es un buen momento,
Mañana es un buen momento.
Tan pronto como uno comience,
estará en el camino
y uno fracasará una y otra vez.
Y eso me pasa a mí,
pero sigo intentándolo.
Y hasta ahora, no puedo decir
que mi vida sea perfecta.
Tengo muchos problemas
con todos esos Start-ups,
con mi vida personal y todo eso.
Todo el mundo tiene problemas,
pero depende de uno cambiar el rumbo,
depende de ti aprovechar la situación.
Y aprender de cada fracaso
y seguir adelante.
Me gustaría que tomaran este consejo:
Cada que piensen en una razón o excusa,
intenten desmenuzarla en pequeñas piezas
Al hacerlo, todo se vuelve más claro,
y más fácil y mejor.
Y uno se da cuenta de que
realmente no hay nada que nos detiene.
Entonces, ¿qué les detiene Uds.?
Gracias.
(Aplausos)
(Vitoreo)