¡Hola! Me llamo Joseph Scarmardo
y soy profesor asistente de Filosofía
y director adjunto en la oficina
de asuntos públicos
de la Universidad Estatal de San Diego.
Me especializo en Filosofía de la
Discapacidad y Bioética.
También me identifico como discapacitado.
Tengo un lesión en la médula espinal
y un extraño tipo de enanismo,
por eso
obtienes dos por el precio de uno conmigo.
Entonces, mi primer recuerdo sobre
discriminación fue,
bueno, es difícil de decir...
Tengo muchos recuerdos en cuanto a
la experiencia de estigma o intolerancia,
principalmente sobre mi enanismo,
y entonces, ya saben,
muchos de mis recuerdos son sobre eso,
sobre niños mirándome y riéndose de mí,
y ese tipo de actitudes desde muy pequeño.
Luego ocurrió una forma
más sistemática de discriminación.
Fui excluido de cosas
que yo quería hacer.
Tuve una experiencia
bastante buena de niño
principalmente
porque mi padres se esforzaron
para que me incluyan.
Puedo recordar
ser parte de los niños exploradores
y de los pequeños exploradores
cuando era niño
y a mi padre realmente intentando
asegurar que mi discapacidad sea incluida
ya saben,
yendo conmigo a los campamentos,
actuando como un asistente personal,
ese tipo de cosas para asegurarse
de que yo pudiera
ir y participar,
esas cosas.
Entonces, la primera experiencia real
de exclusión que puedo recordar
sucedió cuando era tiempo
de ir a la escuela secundaria.
Ya había ido a la escuela pública
en mi pueblo hasta el octavo grado
y cuando llegó el momento
de ir a la escuela secundaria
se suponía que iría a la misma
escuela privada y religiosa
que mis hermanos mayores fueron.
Rendí el examen de ingreso
e incluso obtuve
una pequeña beca para ir y todo,
pero la escuela no tenia ascensor.
Yo usaba una escúter motorizada
para moverme
e iba a ser imposible para mí
asistir a esa escuela
porque no había ascensor.
Bueno, esto fue después
de la aprobación de la ADA,
pero al ser una escuela
de orientación religiosa,
estaba exenta de los requisitos
impulsados por la ley.
Y yo no tenia ninguna influencia
para aplicar la ley,
para poder obtenerlos,
para hacer los cambios para mí.
Terminé yendo a la escuela pública
de mi pueblo
a la cual, de todos modos,
estaba bastante feliz de asistir
porque allí asistían todos mis amigos.
De todas maneras, eso me dio una pista
sobre el hecho de que
no todo es accesible,
no todo está diseñado para mí
y que esto iba a ser algo
de lo que tendría que ocuparme
durante toda mi vida.
En lo que respecta a la ADA
y a su suerte de implementación,
y ese tipo de cosas,
yo era algo joven cuando se aprobó.
A veces se refieren a mí
como si fuera parte
de la generación ADA,
lo cual significa que
crecí en gran parte junto a la ADA.
Nací en 1982,
y yo tenía 8 o 9 años
cuando se aprobó la ADA,
así que realmente no tengo
algún recuerdo de un "Ajá!",
del momento en el cual se aprobó,
de donde estaba yo en ese momento
o algo por el estilo,
pero sí recuerdo a mi padre explicándomela
alrededor de la época en que
comencé la escuela secundaria,
cuando experimenté esa situación
con la escuela católica privada, ya saben,
cuando viví esa clase de experiencia
de discriminación sistemática,
y él me explicó
que las escuelas públicas,
y otro tipos de espacios públicos
eran accesibles para mí
gracias a la ADA.
Esta ley indicaba que las cosas
debían ser accesibles
para quienes usaran sillas de ruedas
y escúteres motorizados,
tal como yo en ese momento.
Ese fue mi primer momento
de conciencia sobre la ADA
y sobre la discriminación,
lo cual es mas o menos genial, creo.
Fue estupendo tener esa experiencia de
"bueno, esto será
todo un desafío para ti
y así es como serás protegido
y como puedes hacer algo al respecto".
Entonces, de algún modo,
fue así como mi llamado a la vocación surgió.
Bien, en cuanto a la diferencia
que la ADA hizo en mi vida
o en la vida de otros,
creo que ha sido una ley muy importante
que ha abierto muchas puertas para todos
desde el transporte público,
la posibilidad de desplazarse,
el acceso a la vivienda, todo basado en la ADA,
la cual dice que las personas deben ser,
cuando ellos necesitan
ciertos cuidados a largo plazo,
deben ser llevados a cabo en
el ambiente menos restrictivo,
no se puede solo institucionalizar
o acomodar personas porque es conveniente.
Hay que asegurarse de que sean capaces
de vivir en la comunidad
o en donde sea mejor
para ellos.