- SEGUROS Y PROTEGIDOS Acoso Quiero echar un vistazo al tema del que me preguntan mucho y es extremadamente útil para la prevención de abusos, y se trata de las señales de acoso. El acoso es un proceso de manipulación usado por los abusadores para entablar una relación con un niño y su familia, y así facilitar los abusos. Entender estas técnicas es crucial para la prevención y la intervención temprana. Desgraciadamente, hemos visto esto realizado por muchos con intenciones de hacer daño a un niño. Por otra parte, hemos tenido la suerte de evitar abusos en algunas situaciones porque el niño, los padres o un espectador percibieron comportamientos extraños y respondieron adecuadamente. No puedo enfatizar lo importante que es que todos seamos conscientes de estos comportamientos para poder detectar y detener una situación y que no progrese hasta convertirse en abuso. Repasaré algunos comportamientos de acoso a tener en cuenta, pero sugiero que sigan educándose acerca del tema. Esta podría ser una forma de frenar los abusos antes de que tengan la oportunidad de empezar. El comportamiento principal de un acosador es generar confianza. Un acosador se pondrá como objetivo un niño o familia vulnerable. Los acosadores buscan niños que estén batallando de alguna forma, niños aislados o carentes de supervisión por parte de sus cuidadores. El acosador empezará a generar confianza en el niño creando un vínculo. Puede encontrar formas de “llenar el vacío”, como ser amigo de un niño aislado o en dificultades, o ayudar cuando una familia lo necesite. Luego, vemos una desensibilización gradual. Los acosadores normalizan el comportamiento inapropiado empezando con un comportamiento seguro, como un abrazo o una palmada en la espalda y se ganan la tranquilidad del niño en esa situación física. Una vez que el acosador siente que lo ha logrado, gradual y sutilmente traspasará los límites para ver hasta dónde puede llegar sin hacer sonar las alarmas, planteándolo a menudo como afecto o como un juego. Además, los acosadores buscan estar a solas con el niño. Suelen instruir al niño para que mantenga sus interacciones en secreto, lo que fomenta un sentimiento de culpa o confusión sobre lo que pasa. El acosador reduce la supervisión por parte de los padres o cuidadores manipulando situaciones para aislar al niño, y garantizar un menor número de testigos. Los acosadores manipulan las emociones del niño mediante la culpa y la vergüenza. Los acosadores pueden explotar la lealtad del niño o su miedo a decepcionar, lo que refuerza el secreto y la manipulación. Pueden ofrecer al niño regalos o atención especial y crear una sensación de deuda, lo que dificulta que el niño se resista a futuros avances. Crear una falsa sensación de seguridad y luego obtener y mantener el control es otra forma en que ellos manipulan a los niños. A menudo se presentan como conocedores en áreas que concuerdan con los intereses del niño, haciéndole sentir seguro y comprendido. Los acosadores también crean dependencia posicionándose como el único confidente del niño, y garantizando que el niño confíe en su apoyo emocional y validación, o su fuente de información o acceso a las cosas que le interesan al niño. Por último, un acosador puede llegar a amenazar al niño. Pueden ser amenazas físicas hacia él, un familiar o un amigo o la amenaza de compartir información sobre el niño que el niño tenga miedo de revelar a otros. Si el niño se resiste o amenaza con revelar los abusos, el acosador podría recurrir a intimidación o amenazas para mantener el control. Sé que escuchar estas conductas de acoso puede ser incómodo, y hasta inquietante, pero entender las técnicas de acoso es vital para los padres, cuidadores e incluso transeúntes. Al reconocer estos patrones, los adultos pueden proteger a los niños y hablar al atestiguar comportamientos preocupantes o inapropiados. Si observan estas acciones, repórtenlas. Al informar estas preocupaciones a tiempo, podrían estar impidiendo que un acosador se convierta en abusador de un niño.