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Bienvenidos al estudio
de más profundo, más amplio,
y muchas gracias por hacer
una pausa en su grupo
para hablar durante estas semanas
del tema del dinero,
específicamente de la mayordomía.
Una de las razones que quería
que toda nuestra red de iglesias
estuviéramos en la misma frecuencia
en cuanto a los grupos pequeños
es por una experiencia que Sandra y yo
tuvimos cuando éramos recién casados.
Tal vez hayan oído
del ministerio financiero de Crown.
Crown creó un estudio en grupo
que trata mucho
de lo que tu grupo va a hablar
por las próximas semanas.
Es nuestro segundo año de casados,
una pareja nos invitó a participar
en un grupo pequeño
de Crown en su casa.
Sandra y yo crecimos
en la iglesia.
Nos enseñaron a diezmar,
desde niños.
Dar el 10% a la iglesia
era un hábito de la niñez
que continuamos como adultos
y como casados.
Pero ninguno de nosotros
habíamos hecho un estudio profundo
de lo que el Nuevo Testamento
y Jesús, en particular,
enseñaba sobre la generosidad.
Claro que había escuchado
un sin fín de sermones
en cuanto a Dios
y el dinero y ofrendar.
Ya que me consideraba
alguien que diezmaba,
estos sermones afirmaban lo que yo
ya hacía en vez de desafiarme.
Pero los lunes en la noche
con ese grupo de Crown
cambió nuestra forma de pensar.
Nos impactaba tanto
que Sandra y yo
liderábamos tres grupos
con los estudios de Crown.
Claro que aprendimos mucho,
pero lo que más nos impactó
es el enfoque de esta primera sesión.
Todo se resume en 1 Crónicas 29.
El autor dice:
"Tuyo es todo cuanto hay
en el cielo y en la tierra.
Tuyo también es el reino
y estás por encima de todo.
De ti proceden la riqueza y el honor;
tú lo gobiernas todo.”
Esto es lo que aprendimos:
"Todo" y "por encima de todo"
Eso transformó nuestras vidas.
Como decía, me criaron con la idea
de dar una porción de mis ingresos
a la obra de Dios
por medio de mi iglesia local.
Pero honestamente no consideraba
el hecho de que TODO es de Dios,
no solo el porcentaje de mis ingresos
que decidí ofrendar.
Otra lección del estudio fue eso:
la generosidad puede ser contagiosa.
Hubo dos parejas en nuestro grupo
cuyas historias de generosidad
nos retaban y nos inspiraban.
Ya nos considerábamos
cristianos generosos,
pero en este grupo,
descubrimos la diferencia
entre dar y vivir una vida generosa.
Uno de los pasos espero que tomen
en estas primeras sesiones
es compartir sus propias historias
de generosidad.
Si no tienes una, espero que,
al oír a los demás en tu grupo,
cómo ellos aprendieron a ser generosos
te van a inspirar
a ser más generoso.
Si te da miedo,
no temas.
La gente generosa
es gente feliz.
De hecho, algunos dirían que
la gente generosa es la gente más feliz.
Si crecieron en la iglesia,
tal vez no les guste
este nivel de transparencia
a la luz de algo que dijo Jesús.
Una vez, Jesús enseñó algo
en cuanto al ofrendar, Jesús dijo:
“que no se entere tu mano izquierda
de lo que hace la derecha”.
Desafortunadamente, muchos cristianos
interpretan ese concepto
como que nunca debemos
hablar de nuestra generosidad.
Pero eso no fue la intención de Jesús.
Su punto era que no debemos presumir
sobre nuestra generosidad,
lo cual sé que no hacen ustedes.
En las próximas semanas,
en la confianza de su grupo pequeño,
quiero retarles o animarlos a abrirse
sobre su generosidad personal.
¿Cómo aprendiste a ser generoso?
O ¿por qué no eres generoso?
O explica por qué el tema
de la generosidad te da miedo,
o tal vez por qué
te daba miedo, pero ya no.
Hablen de como algunas experiencias
en la niñez y juventud
influían tu perspectiva
sobre el dinero.
En otras palabras,
sean transparentes.
De eso se tratan
los grupos pequeños, ¿cierto?
También vamos a explorar
de la diferencia entre la generosidad
de la persona promedio
y la generosidad que se enseña
en el Nuevo Testamento.
Tal vez ustedes ya son personas generosas
como la persona promedio de este país,
pero a lo largo del estudio
les vamos a retar
a cambiar su definición
sobre la generosidad.
Y no solo la generosidad.
También te vamos a retar
a cambiar tu perspectiva
en cuanto a tus ingresos, tu legado
y tu oportunidad de participar
con tu Salvador
en expandir el Reino del Señor.
Esto es grande, y es emocional
porque hablar del dinero trae emociones.
Jesús sabía eso, y sabía que todos
íbamos a ser tentados
a poner nuestra confianza
en las riquezas
en vez de Aquel
que nos provee sus riquezas,
lo cual es el lugar perfecto de comenzar
la conversación entre ustedes.
La pregunta que hice en la primera semana
es ¿a quién le pertenece?
Si internalizas esa idea tan radical
de que Dios es el dueño de todo
y que cada uno somos gerentes,
eso cambiará
tu vida por completo.
Y no solo cómo manejas tu dinero.
Ese cambio de paradigma
impactará casi cada área de tu vida.
De nuevo, gracias por participar.
Ahora le paso la palabra
a sus muy capaces líderes de grupo.