Me gustaría empezar
con una pequeña encuesta para Uds.
Para ello coloquen las manos
en las rodillas
y cierren los ojos.
Ahora les voy a plantear
un par de preguntas
y me encantaría
tener respuestas sinceras
tan solo alzando sus manos.
No se preocupen,
nadie los va a juzgar por eso.
La primera pregunta es:
¿Quién de Uds. creyó
durante la semana pasada
ser o no una persona
emocionalmente inteligente?
Ahora que lo piensan,
¿se considerarían
emocionalmente inteligentes?
Levanten su mano
si así lo creen, por favor.
¿Quién ha trabajado conscientemente
en sus habilidades emocionales?
Gracias por compartirlo.
Ya pueden abrir los ojos nuevamente.
Y gracias por ser honestos conmigo.
Ahora me gustaría ser honesta con Uds.
La inteligencia emocional
no es en sí mi principal fortaleza.
Cuando tomo decisiones
lo hago basándome solo en mi lógica.
Si mis amigos de la escuela
me escucharan en esta charla
se sorprenderían,
porque en aquel entonces
yo no consideraba las emociones
como algo fundamental.
No era algo lógico.
No podía explicarlas muy bien.
Y, ¿por qué debería importarme?
Nunca había pensado
en el tema hasta hace cinco años
cuando renuncié a un trabajo
debido a agotamiento.
Fue entonces cuando
apareció mi lado emocional
y aun cuando en el pasado rara vez lloraba
en especial no frente a las personas,
no podía contener las lagrimas
en los momentos más inoportunos.
Varias veces al día,
iba al baño
solo para esconder mi sufrimiento.
Eso me hizo darme cuenta
de que necesitaba trabajar en ese asunto.
Pero, ¿qué es...
esa misteriosa inteligencia emocional?
Al pensar en eso,
la mayoría se detienen
en el término "emocional".
¿Con qué lo asocian?
Diría que tiene una connotación negativa,
al describir a alguien
que tiene o expresa emociones fuertes.
Y esta connotación es también,
la inteligencia emocional,
una idea errónea que yo también tuve.
Sin embargo, es esencial diferenciar
entre emocional y el valor
que la inteligencia emocional puede tener,
ya que la inteligencia emocional
es algo fundamentalmente diferente.
Es la capacidad de identificar y controlar
sus emociones y las de los demás,
e incluye tres habilidades.
La primera es la conciencia emocional,
esto es, empatía hacia los demás
pero también con uno mismo.
La segunda es la habilidad
de aprovechar las emociones
y aplicarlas para hacer algo,
como en la resolución de problemas.
La tercera es la habilidad
para manejar las emociones,
que incluye controlar
las propias emociones
pero también calmar o animar a otros.
Como pueden ver en este contraste,
las personas muy emocionales
no necesaria o automáticamente
tienen una alta inteligencia emocional,
ya que pueden solo mostrar
sus emociones libremente
sin pensar o conocer porque las tienen.
Y quizás sin considerar
el mostrarlas apropiadamente
en la situación apropiada.
Mi la falta de inteligencia emocional
como niña o joven
hizo que canalizara la soledad o el miedo
algunas veces en agresión.
Mi antecedente familiar,
digamos que es improbable.
En vez de encontrar el apoyo que necesito
en cambio lo recibía más con el básico
"Oh, no llores por nada"
que algo más.
Mis padres no me enseñaron
el valor de las emociones.
Por lo tanto, perder amistades o rupturas
me afectaban más que a otras personas
ya que no podía entender
del todo mis emociones,
ni las de los demás.
Simplemente no tenían sentido.
Pensaba que no debía
sentirme de esa manera,
ya que nunca había aprendido
a lidiar con las emociones.
Y conforme pasaba el tiempo, me di cuenta
de que soy una de tantas personas
en esa misma situación.
¿Alguna vez han pensado
por qué las personas juzgan o acosan,
golpean a niños, o en el trabajo
o están en una amistad o relación tóxica?
Puede ser cualquier cosa,
desde sexismo a racismo.
Es debido a la inseguridad
por la falta de inteligencia emocional,
es difícil comprender la diferencia
entre uno mismo y alguien más,
y es aún más complicado
conectar a un nivel emocional,
y comprender de verdad
de donde viene todo eso en aquella persona
Y para cambiar eso,
lo primero que se necesita
es considerar la inteligencia emocional
como una habilidad crucial
en nuestra sociedad,
y luego dedicarse a trabajar
de manera consciente en eso.
En la actualidad,
no hacemos ni lo uno ni lo otro.
Y de igual forma no otorgamos a los niños,
un momento para aprender esa habilidad.
Hoy en día, los niños deben
ser buenos en la escuela,
practicar deportes, tocar un instrumento,
aprender un idioma,
y quizás otras actividades extras.
No tienen la oportunidad
de conocerse a sí mismos,
conectar con su persona
y sus propias emociones.
Una parte elemental
de ser emocionalmente inteligente
se refiere a saber quién eres.
Y para que ellos aprendan,
necesitamos aprenderlo nosotros
y ser el modelo a seguir que necesitan.
Uds. estarán pensando: "Sí, claro...
¿pero como abordar este tema,
en solitario, pero también como sociedad?
Y recae en lo básico,
a lo que se limita todo:
debemos aprender una nueva habilidad.
Cuando se aprende una nueva habilidad,
primero deben ser conscientes
de su incompetencia en esa área.
Llegué a ese punto cuando me agoté.
Estoy segura que Uds.
pueden lidiar con eso más fácilmente,
y luego desarrollar esa habilidad
hasta que la manejen al nivel que desean.
Y después de un tiempo
hasta serán capaces de emplearla
sin siquiera darse cuenta.
Tomemos por ejemplo
su permiso de conducir.
Después de un tiempo dejaron de pensar:
"Oh, necesito cambiar de marcha"
simplemente lo hacen.
Una habilidad inconsciente activada.
Ahora la parte complicada es
ir de la incompetencia consciente
a la competencia consciente.
Logramos eso al aprender
lo básico de cómo funciona un coche
y practicándolo.
Al principio puede ser difícil
controlar el volante al mismo tiempo
que cambiamos de marcha,
pero después de un tiempo
se vuelve más fácil.
Es básicamente lo mismo
con la inteligencia emocional.
Intenté reunir mis experiencias
y elaboré una guía de seis pasos
que posiblemente ayude a las personas
a tener más inteligencia emocional.
Lo primero que debemos hacer
es reconocer nuestras emociones.
No solo como tal, sino como algo valioso
porque es lo que son.
De acuerdo con una investigación
de Antonio Damasio,
aquellos que tenían dañadas partes del
cerebro responsables de las emociones
tenían mayores dificlutades a la hora de
tomar decisiones racionales.
Así de importantes son.
La primera simple acción que pueden hacer
es preguntarle a las personas
con un interés genuino cómo se sienten.
Y cuando se les pregunte
contesten con autenticidad
cuando estén bien
y también cuando se sientan mal,
así que no "Estoy bien",
pero tampoco quejarse.
En vez de quejarse sobre sus compañeros
digan: "No me siento apreciado
en el trabajo", o a lo que se refieran,
háganlo como un mensaje de texto.
Y cuando las personas muestren emociones,
díganles que está bien tenerlas.
Hablen de ellas.
Borren el tabú que creo que existe en
la sociedad de hablar sobre las emociones,
ya que eso es más que nada
la única cosa que nos impide
dar el siguiente paso.
El siguiente paso es diferenciar
y analizar las emociones.
En algunas ocasiones que hablamos
o expresamos un sentimiento,
sustituimos el original
con uno que creemos conocer mejor
o que manejamos mejor.
En realidad hay muchas
emociones diferentes
y todas tienen su función,
quizás necesiten manejarlas
de manera diferente.
Por lo tanto, es importante
llegar al fondo.
Y luego necesitan apreciar
y aceptar todas esas emociones,
ya que no son ni buenas ni malas.
Tan solo adquirieron
cierta connotación en nuestra sociedad.
Por ejemplo, el duelo o la tristeza.
¿Por qué intentamos quitarlo
desesperadamente de nuestras vidas?
Porque de hecho
es una demostración esplendida
de la apreciación que tenemos
por alguien o algo.
Ahora abordo esos tres pasos
al escribir mis emociones en un diario
cuando es necesario,
puede no ser diariamente,
solo cada algunas semanas,
o quizás tan solo algunos meses.
Algunos amigos míos hacen cosas parecidas
con apps si quieren ser más modernos.
Y el siguiente paso es:
reflexionar sobre sus emociones
y su origen
ya que a veces el solo saber
el porqué nos sentimos de esa forma
nos ayuda a manejar ese sentimiento.
Otra vez, en mi caso
las incluyo cuando escribo
porque me da tiempo
para pensar activamente sobre eso.
Y luego pueden manejar sus emociones,
porque de eso se trata, ¿no?
Y así, reflexionar quizá debería bastar.
Pero puede que no.
Quizás aun necesiten encontrar su camino
sobre cómo lidiar con sus emociones.
Porque hay muchos caminos
que conducen a Roma,
y yo solo puedo proporcionarles
algunos ejemplo de lo que hice.
Y lo que me ayudó,
sino a controlar la emoción, al menos
a encontrar una manera de controlarla,
era anotarlas,
porque eso ponía distancia
entre mí misma y mis emociones.
Hay incluso un estudio al respecto
sobre los efectos positivos al expresar
de manera escrita las emociones,
hecho por Pennebaker y Smyth,
que publicaron en su libro
"Opening Up by Writing it Down",
por si quieren echarle un vistazo.
Porque esa es otra cosa que hago:
Leer sobre el tema.
Actualmente estoy leyendo
"The Language of Emotions"
de Karla McLaren.
Y cualquier libro de Brené Brown
es una buena opción,
pero hay muchos más.
Y hablo con amigos.
Les pregunto: ¿Cómo abordas tú
esta situación?
¿Cómo abordas este tema o esta emoción?
Es más que nada
un principio de prueba y error.
A veces puede ser sobre ejercicio,
otras sobre meditación.
Es importante
que encuentren su propio camino.
Y luego, manejar las emociones de otros.
Y diría que tan pronto como
dominen sus emociones,
pero también en el proceso de mejorar,
encontrarán cada vez más fácil
el lidiar con las emociones de los démas
ya que tendrán un nivel
de percepción diferente.
La percepción y la conciencia
son la clave.
Se volverá hasta más sencillo
porque pueden simplemente preguntarle
a la otra persona cómo pueden apoyarla
y puede que lo sepan.
O pueden preguntarles
cómo pueden apoyarse a sí mismos,
porque de esa forma solo tienen
que ayudarles en una situación crítica
pero en realidad los ayudan
a desarrollar su inteligencia emocional.
Y cuando tengamos algunas personas
con inteligencia emocional,
debemos pensar "¿Cómo podemos
enseñarle eso a la próxima generación?"
Como sociedad, creo que lo más importante
que tenemos que hacer
es incluir la educación emocional
en las escuelas.
Enseñar a los niños
las diferentes emociones y sus funciones.
Darles tiempo para hablarlo abiertamente
para que puedan reconocer sus emociones.
Ayudarlos a que las acepten y aprecien.
Para ser honesta, no es tan difícil.
Gran parte de lo que menciono
puede aplicarse fácilmente en las escuelas
¿Cuántos libros han leído en la escuela?
¿Por qué no incluir algunos
de inteligencia emocional?
O hacer que los niños
trabajen juntos en casos específicos
para que puedan intercambiar ideas
sobre cómo abordar los temas.
Y si tenemos suerte,
saldrán de la escuela sabiendo
esta esencial y indispensable habilidad,
la inteligencia emocional.
Imaginen el mundo en el que viviríamos.
Si cada uno de nosotros
fuera emocionalmente inteligente,
¿qué creen que cambiaría?
Ser inteligentemente emocional
significa conocerse
y comprenderse uno mismo.
Nos ayuda a tomar mejores decisiones.
Nos evita sufrimiento emocional
porque sabemos de donde viene
y cómo manejarlo,
y quizás sin imponerselo a otros.
Nos ayudaría a lidiar
en nuestras relaciones interpersonales
porque conectaríamos a un nivel distinto.
Las relaciones interpersonales
están en todos lados.
Solo piénsenlo.
¿Qué supondría tener un jefe
emocionalmente inteligente?
¿O que significaría tener un padre
emocionalmente inteligente?
Si todos fuéramos
emocionalmente inteligentes,
¿cómo abordaríamos las diferencias?
¿Cómo abordaríamos
temas como la salud mental?
¿Cómo abordaríamos los conflictos?
Tan solo imaginen el mundo
en el que viviríamos,
un mundo lleno de comprensión mutua,
aceptación, tolerancia y conexión,
un mundo verdaderamente inclusivo.
¿Qué tan increíble sería eso?
Gracias.
(Aplausos)