Hola. Me llamo Simone. Se dice que si uno se pone nervioso al hablar en público, hay que imaginar que los asistentes están desnudos. Y que de esa manera el orador se tranquilizará. Pero pienso, imaginarl a todos Uds. desnudos en 2018 suena extraño y fuera de lugar. Nos esforzamos por superar este tipo de cosas, y necesitamos encontrar una nueva forma de superar los nervios que sentimos al hablar en público. Y noté que lo que realmente me gusta es que los puedo mirar tanto como Uds. me miran a mí, como para equilibrar un poco las cosas. De manera que si tuviera más ojos, nos sentiríamos más cómodos, ¿verdad? Cuando me preparaba para esta charla, me hice una camisa. (Tintineo) (Risas) Son ojos mirones. Me llevó 14 horas y usé 227 ojos mirones para hacer esta prenda. Y el poder mirarlos a Uds. tanto como Uds. me miran a mí es solo la mitad del motivo que me llevó a hacer esto. La otra mitad es la posibilidad de hacer esto. (Los ojos mirones hacen ruido) (Risas) Hago muchas cosas como esta. Veo un problema e invento alguna solución. Por ejemplo, cepillarse los dientes. Es algo de nuestra rutina, es en cierto modo aburrido y a nadie le gusta del todo. Si hubiera niños de 7 años en el público estarían diciendo "¡Sí!" Pues bien, ¿qué tal una máquina que lo haga por nosotros? (Risas) La llamo... el "casco cepillador de dientes" (Risas) (Brazo robótico hace un zumbido) (Risas) (Aplausos) Ahora bien, 0 de cada 10 dentistas recomiendan este casco y está claro que no revolucionó el mundo de la odontología, pero sí cambió mi vida de manera radical. Porque cuando terminé de fabricar este casco cepillador de dientes hace tres años, fui a mi sala de estar, instalé una cámara e hice una filmación de siete segundos mientras el casco hacía su tarea. Y ahora, se transformó en un cuento de hadas moderno, de los comunes, en el que una chica que hace una publicación en internet, se convierte en un éxito total, miles de hombres dejan sus comentarios para pedir su mano y casarse con ella (Risas) ella los ignora, abre un canal en YouTube y sigue fabricando robots. Desde entonces, tengo mi propio lugar como inventora de máquinas inútiles, porque como todos saben, la manera más fácil de llegar a la cima de nuestro campo es elegir un campo pequeño. (Risas) (Aplausos) Administré un canal en YouTube sobre mis inventos, hice un dron para cortar el pelo (un dron hace un zumbido) (Risas) (El dron choca) (Risas) (El dron hace un zumbido) (Risas) (Aplausos) Y también una máquina que me despierta a la mañana (Alarma) (Risas) (Video) Simone: Uau! Y una máquina que me ayuda a cortar verduras. (Cuchillos cortando) No soy ingeniera. No estudié ingeniería en la escuela. Pero fui una alumna sumamente ambiciosa. En la escuela secundaria tenía las notas más altas y me gradué como la mejor alumna. Pero por otro lado, luché contra una ansiedad extrema por mi desempeño escolar. Este es el texto que le envié a mi hermano en aquel momento. "No imaginas lo difícil que me es decirte esto, hacer esta confesión. Estoy terriblemente avergonzada. No quiero que los demás me crean tonta. Y encima estoy empezando a llorar. Maldición". Pues no, no es que haya incendiado la casa de mis padres por error. El motivo de este correo, y que tanto me angustiaba, era que no había sacado la nota más alta en una evaluación de matemática. Evidentemente, algo pasó entre estos dos momentos. (Risas) Uno de esos momentos fue la pubertad. (Risas) Una hermosa época, de verdad. Pero por otro lado, empecé a interesarme en la fabricación de robots, y decidí aprender de hardware por mí misma. Pero construir cosas con hardware, especialmente si se es autodidacta, es muy difícil. Las posibilidades de fracasar son altas y, además, también son altas las probabilidades de sentirse un tonto. Y ese fue mi mayor temor en aquel momento. Se me ocurrió entonces un artilugio que garantizara el éxito en un 100 %. Con ese artilugio, sería casi imposible fracasar. Consistía en renunciar a la idea del éxito y en su lugar tratar de hacer cosas que fracasen. Y si bien en ese momento no me daba cuenta, lo cierto es que construir cosas tontas fue una decisión inteligente, porque al aprender de hardware por primera vez en mi vida no tuve que enfrentar la ansiedad de tener que sobresalir. En cuanto me liberé de la presión y de las expectativas para conmigo misma, esa presión fue rápidamente reemplazada por el entusiasmo, y eso me permitió jugar, así de simple. De modo que, como inventora, me interesan las cosas que que a la gente le es problemático. Pueden ser cosas de tamaño pequeño, mediano o grande y esta charla TED presenta una serie de nuevos problemas que puedo resolver. Identificar un problema es el primer paso del proceso para construir una máquina que no sirve. Antes de venir aquí, me puse a pensar en los posibles problemas que podría tener al dar esta charla. Olvidar lo que iba a decir, que la gente no se ría --esos son ustedes. O peor aún, que se rían de lo que no debían --esa era una parte en que debían reír. gracias. (Risas) O que me temblaran las manos por los nervios y que eso me diera vergüenza. O que tuviera la bragueta abierta durante toda la charla y todos se den cuenta excepto yo, pero la tengo bien cerrada, así que estamos bien. Pero una cosa que realmente me preocupa es cuando me tiemblan las manos. Recuerdo cuando de pequeña daba la lección en la escuela, tenía mis anotaciones en un papel, y lo ponía encima de un cuaderno para que los demás no vieran cómo lo hacía temblar. Y doy muchas charlas. Sé que quizá la mitad de los presentes pensarán "Hacer máquinas que no sirven es divertido, pero ¿cómo puede ser un trabajo?" Dar charlas es parte de ello. Y los organizadores siempre ponen un vaso de agua para el orador que lo puede tomar cuando tiene ser, y como siempre tengo ganas de tomar esa agua pero no me atrevo a levantar el vaso por temor a que el público vea que me tiemblan las manos. Entonces, ¿qué tal una máquina que me pase el vaso de agua? Vendido a la chica con la remera de ojos mirones... Bueno, tengo que sacarme esto porque si no no puedo... (La remera hace un tintineo) Oh. (Ruido metálico) (Risas) Todavía no sé qué nombre ponerle, pero puede ser "dispositivo orbital para la cabeza", porque esta plataforma gira alrededor de uno y se puede poner cualquier cosa en ella. Se puede poner una cámara para que saque fotos de toda la cabeza. Podría decirse que es una máquina versátil. (Risas) Y también... se pueden poner bocadillos si lo desean. Estas son palomitas de maíz. Y se puede poner un poco aquí... Y luego... bueno, un sacrificio para la ciencia, palomitas que caen al piso. Lo hacemos girar. (El robot hace un zumbido) (Risas) Y hay una mano pequeña. Hay que ponerlo a la altura correcta, que se logra con solo encogerse de hombros. (Risas) (Aplausos) Y hay una mano pequeña. (La mano da un golpe) (Risas) (Aplausos) Acabo de golpear el micrófono, pero está todo bien, Ahora tengo que comer estas palomitas, así que les pido, si pueden aplaudir un poco más (Aplausos) Es como un sistema solar propio, porque soy una milenial, y quiero que todo gire a mi alrededor. (Risas) Volviendo al vaso de agua, en esto estábamos. Pues bien, les prometo que... no, no tiene agua, perdón. Pero quiero trabajar un poco más con esta máquina porque me falta levantar el vaso y ponerlo en la plataforma, pero las manos tiemblan un poco, nadie lo notará porque este equipo es realmente hipnotizador. Todo bien. Excelente. (El robot hace un zumbido) (Canta) Oh no, se atascó. ¿No es un consuelo que hasta los robots a veces tienen pánico escénico? Se atasca un poco. Tienen un costado humano. Espera, retrocedamos un poquito, y luego... (El vaso se cae) (Risas) ¿No es un momento maravilloso para estar vivos? (Risas) (Aplausos) Si bien mis máquinas pueden parecer simples payasadas ingenieriles, siento que me he encontrado con algo mucho más grande. Me refiero a esta expresión de alegría y humildad que suele perderse en la ingeniería y que para mí fue la manera de aprender sobre herramientas sin que intervenga mi ansiedad por tener un desempeño sobresaliente. A menudo me preguntan si alguna vez podré hacer algo útil, y quizá algún día lo haga. Pero en mi opinión, ya lo logré, porque me inventé este trabajo y es algo nunca podría haber planeado o que... (Aplaussos) Es algo que nunca podría haber planeado. Pero sucedió porque puse pasión en lo que hacía, y compartí ese entusiasmo con otra gente. Esa es para mí la verdadera belleza de hacer cosas que no sirven, porque significa reconocer que no siempre sabes la respuesta correcta. Y hace hablar esa voz en nuestra cabeza que nos dice cómo funciona el mundo. Y puede que un casco cepillador de dientes no sea la respuesta, pero al menos uno se hace la preguna. Gracias. (Aplausos)