Hola patatas dulces.
No podemos cerrar el año
y la serie de reinicio apropiadamente
sin tomar un momento para
reflexionar sobre todo el año
y crear intenciones
para 2024.
Gracias Headspace por
asociarse conmigo en este vídeo
y gracias a ustedes por apoyar
a marcas que apoyan a este canal.
El primer recuerdo destacado
que se me vino a la mente este año fue
que hice algo que
no había hecho en años.
En el calor del momento
dije algo que me había
dicho que dejaría de decir.
no es para tanto.
Es solo una palabra,
pero la forma en que tuve
una experiencia extra-corporal
cuando me sorprendí a mi misma
diciendo esta palabra en específico
se quedó conmigo
ya que es un reflejo
de algo más grande.
La palabra que murmuré
es la palabra que el autocorrector de
Apple corrige o solía corregir como "duck".
Esa palabra se me salió cuando estaba
teniendo una discusión acalorada
con mi pareja.
Habiendo crecido
con primos hombres
quería ser la chica cool
entre amigos hombres,
mi vida pasada o
mis años de joven
fueron gastados muy diferente
a cómo los he gastado en línea.
Después de salir de lo que parecía
una fosa profunda de oscuridad
en el inicio de mis 20s
quería cambiar la
forma en que vivía
y me dije: "Hay algunas cosas
que dejé de hacer
aparte de otros cambios
de hábitos determinantes"
Quería dejar de beber
y de consumir sustancias,
incluso si era solo
recreativamente.
Y dejar de decir groserías.
Mientras reflexionaba
sobre ese momento
me di cuenta de que
en muchas formas
había bajado la guardia
en el último año.
No he sido tan selectiva
con lo que dejo entrar
a mi mundo interior,
ya sea lo que escucho,
lo que veo y con quién me rodeo.
Este año pasé la mucho tiempo
viendo k-dramas de nivel medio,
viendo Instagram, escuchando
podcasts True crime
y socializando.
En ese orden.
No debería estar tan sorprendida
de estar en un estado
diferente al de hace años.
Cómo protegía mi mundo interior antes
era cortar la música y
otras formas de contenido,
mientras reducía simultáneamente el tiempo
gastado con el resto de seres humanos.
Porque creía que somos esponjas
como los niños,
nos convertimos en
lo que consumimos
y somos más influenciados por el
mundo externo de lo que nos damos cuenta.
Aunque admito que
eso fue un poco extremo,
para el nuevo año
me gustaría continuar siendo
parte de la sociedad
estando más consciente
de con lo que escojo llenarme
en mi tiempo libre.
No voy a restringirme y
dejar de ir a reuniones
donde la gente bebe
y hacen rimas con "duck",
pero puedo ser más consciente
de rellenar mi copa
espiritualmente
para recordarme mis valores
y cómo me gusta vivir,
con integridad,
especialmente con promesas
que me hice a mi misma,
con propósito
y paz.
Dejar ir para crecer
no es concepto nuevo
para nosotros.