Swiss Beatz: Perfecto.
Entonces cuando hable, ¿quitan el sonido
para que no haya interrupciones?
Voz: Uhh, sí.
SB: Porque cuando empiezo
ya no puedo parar.
Si eres creativo, es muy importante
tener algún tipo de apoyo, ¿sabes?
Debe haber algo
que alimente esa creatividad,
ese fuego que llevas dentro.
Mi amor por la música y la creatividad
comenzó hace mucho, mucho tiempo.
Fue en el sur del Bronx, donde yo crecí,
en el número 700, apartamento 2E.
Salía a la calle y lo único que oía
era música.
Das una vuelta por el parque de atrás,
los DJ están tocando,
hay un partido de baloncesto,
pero mirabas la pista de balonmano
y esa pista tenía
un mural de grafiti increíble.
No sé si lo pintó Keith Haring o
Fab 5 Freddy.
El flechazo fue instantáneo.
La música ha sido mi medicina
desde siempre.
Cada vez que estoy estresado,
recurro al arte, a la creatividad.
Recurro a la música.
La gente siente el abrazo de la música.
Se sienten queridas.
Recuerdo que uno de mis tíos me dijo:
"Deberías ser productor",
y yo no sabía ni qué era eso.
En realidad todo empezó
como un negocio familiar
porque fue mi familia
quien creó Ruff Ryders.
De ahí salió DMX, salió Eve,
salió Drag-On y también The LOX.
Tengo todos los premios musicales
que un artista puede recibir.
Simplemente llega un momento
que es como: "¿Sabes qué?
Esto ya no va a tener gracia
si no soy capaz de dar algo a cambio".
The Dean Collection surgió
para crear un museo para mi familia
y nuestro nombre.
Algo que mis hijos
se encargarían de continuar
generación tras generación.
Dije: "Un momento,
la Dean Collection no es solo
para la Dean Collection,
la Dean Collection es para todos".
Hoy en día hay galerías
y lugares en los que entras,
y si no tienes 50 000
no hay nada sobre qué hablar.
Y sentí que mucha gente
usaba eso de excusa
para salir del arte.
Creen que el arte
es solo para la gente rica.
Guau.
Tenemos que parar esto,
tenemos que arreglar esto.
Y eso es lo que nos llevó
a mi esposa y a mí a decir,
tenemos que crear una entrada
para las jóvenes generaciones
que no entendían el mundo del arte,
que no tenían un asiento en la mesa,
y entonces creamos "Sin comisiones".
Es un gran evento,
tenemos cerca de 30 mil
RSVP por noche.
Las copas y la comida son gratis,
el concierto es gratis.
La educación es gratis
y siento que la educación debe serlo.
Fuimos a Shanghái, fuimos a Londres,
fuimos a Berlín,
lo hicimos en mi patio trasero
en el Sur del Bronx.
Pueden venir a "Sin comisiones"
y conseguir algo por un par de dólares,
o algunos cientos de miles.
Hay una grada para cada persona
que siente amor por el arte.
Y lo que hacemos es algo completamente
diferente de una galería.
Los artistas se llevan
el 100 % de las ventas.
Pero, ¿qué sucede luego
de "Sin comisiones"?
¿Cómo mantenerse, cómo salir adelante
sin quedar atrapado vendiendo el alma?
Fui parte de la venta
con mi hermano Sean "Diddy" Combs,
la compra por USD 21 millones
que convirtió a Kerry James Marshall
en el artista afroamericano vivo
mejor vendido en la actualidad.
Pensaba: "Hombre,
acabas de romper el récord",
y el artista dijo:
"Sí, no sé si sentirme feliz o triste".
Primero vendió ese trabajo
por menos de 100 000.
Imaginen que un trabajo
que hicieron por menos de 100 000
que ahora se venda por 21 millones,
y tienen que sentarse en su casa
y verlo desde ahí.
Y ni siquiera podían obtener el 5 %.
Si se ponen a pensar,
soy productor, compositor,
y cada vez que se reproduce en la radio
me pagan.
Cada vez que se reproduce en una película,
me pagan.
Cada vez que se reproduce, punto,
me pagan.
A los artistas visuales
solo les pagan una vez.
¿Por qué, si las pinturas se venden
e intercambian muchas veces?
Y ese es el trabajo de toda la vida
de ese artista,
y otra gente gana 10, 15,
a veces más de 100 veces
de lo que el artista que lo creó.
Entonces creé algo llamado
la elección de Dean,
y si eres un vendedor,
o un coleccionista,
y traes tu trabajo a, digamos, Sotheby's,
hay un papel que dice:
"Oigan muchachos,
este artista aún vive.
Han hecho un 300 % de su inversión
al trabajar con este artista.
Pueden elegir darle al artista
lo que quieran de esa venta".
Creo que si aunque sea
cinco personas lo hicieran,
empezaría a cambiar todo en las artes.
Y esto ya está sucediendo en Europa.
Sucede en la industria de la música,
se llama editorial.
Los artistas pueden sobrevivir,
los músicos pueden sobrevivir,
año tras año,
gracias al ingreso residual
de su publicación.
¿Cómo podemos tomar algo
que junte a los creativos
y celebrar entre todos?
Timbaland y yo hemos estado
trabajando en esta idea
llamada Verzuz durante tres años.
Luego llegó el tiempo de prueba
y todos se dirigían a las redes sociales
para expresarse.
Lo que hice fue reproducir
mis mejores canciones,
él reprodujo las suyas,
y nos lanzamos en Instagram Live.
(Video) (Risas)
Timbaland: ¿Se están divirtiendo?
Esto es tan bueno para la cultura.
SB: A mucha gente
le gusta decir "batalla".
Nosotros nos alejamos
de la palabra "batalla"
porque ya tenemos bastante batalla
en el mundo actual.
Le llamamos celebración educativa.
Creo que vamos por la novena o décima.
Timbaland y yo comenzamos
con 20 000 personas.
Desde ayer tenemos 750 000
personas en una sala.
Tenemos esto llamado "Efecto Verzuz".
Y el "Efecto Verzuz" es
lo que le sucede al artista
luego de contribuir a Verzuz.
Podemos ir a Babyface y Teddy Riley.
Ambos tuvieron millones de vistas.
Las canciones de ambos
reingresaron al ranking.
Y luego vemos
a las primeras mujeres Verzuz,
y tanto Erykah Badu como Jill Scott
tienen siete posiciones en el top 20.
Esto es el Efecto Verzuz.
Saben, miles y miles de
millones de imitaciones.
Esto es algo que nunca antes vi.
Y sentí que estos artistas
hoy están obteniendo sus flores,
lo que es algo increíble
siempre y cuando puedan olerlas.
Esto era algo personal para mí
porque muchas veces me han descartado,
estuve adentro y afuera 100 veces.
Aún hay que comprender
el negocio como artista,
elevarse al nivel que uno merece estar.
Porque la mayoría de los creativos
somos muy emocionales,
pensamos "deja que alguien más
se ocupe de eso, quiero seguir con esto".
Pero no solo la creatividad es la clave,
la educación es clave,
y por eso volví al colegio
a afilar mi lápiz a mis 30 años.
Tenemos que conocer el negocio.
Pero tendremos que cavar más profundo
y sacar el conocimiento
que necesitamos para prepararnos
para este mundo que espera
sacar provecho de los creativos.
Luego podemos hacer mejores elecciones,
luego podemos finalizar esa conversación
de que los artistas mueren pobres.
Si no protegemos las artes,
no protegemos nuestro futuro,
no protegemos este mundo.
La creatividad nos sana.
¿Por qué se cierran las cortinas?
Tiempo fuera.
(Burla)
Voz: Me gusta eso. Eso fue bueno.
SB: (Risas)