Cada uno de nosotros perderá, o ya ha perdido, algo de lo que dependemos todos los días. Me refiero, claramente, a nuestras llaves. (Risas) Estoy bromeando. Quiero hablar sobre uno de nuestros sentidos más importantes: la visión. Día a día, vamos perdiendo de a poco la capacidad para enfocar los ojos, hasta que ya no podemos enfocar en lo absoluto. Esto se conoce como presbicia y afecta a dos mil millones de personas en el mundo. Así es, miles de millones. Si no conocen la presbicia y se preguntan dónde están todas estas personas, les doy una pista antes de entrar en detalles. Es la razón por la cual la gente usa anteojos para leer o anteojos bifocales. Empezaré por describir la pérdida en la habilidad de enfocar que conlleva a la presbicia. Cuando nacen, tienen la habilidad de enfocar lo que está a 6,5 cm, si así lo desean. A mediados de sus 20, tienen alrededor de la mitad de esa capacidad: unos diez cm, lo suficiente para no notar la diferencia. Para el final de los 40, lo más cerca que pueden enfocar es alrededor de 25 cm o un poco más. Pasado este punto, la pérdida del enfoque afecta tareas de visión cercana, como la lectura. Y para cuando llegan a los 60, nada en el radio de 1 m de distancia es claro. En este momento algunos de Uds. deben pensar: eso suena mal, pero seguro se refiere a "ustedes" en sentido figurado, solo a personas que, de hecho, terminan con presbicia. Pero no, cuando digo "Uds." me refiero a que literalmente cada uno de Uds. algún día tendrá presbicia, si es que no la tienen ahora. Eso suena un poco preocupante. Quiero recordarles que la presbicia ha existido siempre en la historia humana y hemos hecho muchas cosas para tratarla. Para empezar, imaginemos que están sentados leyendo. Si tuvieran presbicia, probablemente verían algo así. Cualquier objeto cercano, como la revista, se vería borroso. Avancemos a las soluciones. Primero: lentes de lectura. Tienen lentes de un solo enfoque para enfocar los objetos cercanos, pero los objetos lejanos salen de enfoque y por ello tienen que alternar constantemente entre usarlos y no usarlos. Para resolver esto, Bejamin Franklin inventó los lentes dobles –hoy en día los llamamos bifocales– que permitían ver objetos lejanos al levantar la vista y cercanos al bajar la vista. Hoy tenemos lentes más avanzados que mezclan ambas funciones al variar levemente entre el enfoque de arriba y el de abajo. Su desventaja es que se pierde campo visual en todas las distancias porque la parte superior y la inferior se dividen así. Para entender este problema imaginen que están bajando una escalera, bajan la vista para hacer pie, pero ven borroso. ¿Por qué está borroso? Al bajar la vista, miran a través de los lentes que enfocan lo cercano, pero el siguiente paso está más allá de la distancia de un brazo que para los ojos cuenta como lejos. La siguiente solución es un poco menos común, pero surge con los lentes de contacto o la cirugía LASIK y se llama monovisión. Funciona al usar el ojo dominante para enfocar lo lejano y el otro para enfocar lo cercano. El cerebro realiza la inteligente tarea de juntar la mejor visión de cada ojo, pero los dos ven cosas levemente distintas y esto dificulta medir distancias binocularmente. ¿En qué estadio estamos entonces? Parece que hemos dado con muchas soluciones, pero ninguna restaura totalmente el enfoque natural. Ninguna permite mirar algo y simplemente enfocar. Pero ¿por qué? Bueno, para explicar eso debemos echar un vistazo a la anatomía del ojo humano. La parte del ojo que nos permite enfocar a diferentes distancias se llama cristalino. Hay músculos alrededor de los cristalinos que pueden hacerlos cambiar de forma, y a su vez sirven para cambiar el enfoque. ¿Qué pasa cuando alguien tiene presbicia? Resulta que los cristalinos se vuelven rígidos, tanto que ya no pueden cambiar de forma. Ahora bien, considerando todas las soluciones que mencioné antes, podemos ver que todas ellas tienen algo en común con las demás, pero no con nuestros ojos; y es que todas son estáticas. Es como el equivalente óptico de la pata de palo de un pirata. ¿Cuál es el equivalente óptico de una prótesis de pierna moderna? En las últimas décadas hemos visto la creación y el rápido desarrollo de lo que llamamos "lentes de enfoque ajustable". Los hay de diferentes tipos: lentes Alvarez de desplazamiento mecánico, lentes líquidos deformables y lentes de cristal líquido de cambio electrónico. Tienen sus limitaciones particulares, pero no escatiman en la experiencia visual: un campo de visión total que puede ajustarse a cualquier distancia. Perfecto, los lentes que necesitamos ya existen. Problema resuelto, ¿cierto? No tan rápido. Los lentes de autoenfoque añaden una complejidad a la ecuación. Los lentes no pueden saber a qué distancia deben ajustarse. Lo que necesitamos son lentes que, al mirar lo lejano, todo se vea claro; y, al mirar lo cercano, se enfoquen los objetos cercanos a su campo visual, sin que tengan que pensar en ello. Mi trabajo de los últimos años en Stanford consistió en integrar ese tipo de inteligencia a los lentes. Nuestro prototipo utiliza tecnología de realidad virtual y aumentada para medir la distancia de enfoque. Un rastreador de ojos detecta en qué dirección se enfoca la vista. Usando dos de estos, triangulamos la dirección de la mirada para tener un enfoque aproximado. Por si acaso, para mayor fiabilidad, también añadimos un sensor de distancia. El sensor es una cámara que ve el mundo e informa la distancia de lo que capta. Usamos la dirección de la mirada para obtener una distancia aproximada por segunda vez. Después fusionamos estas dos aproximaciones y actualizamos el autoenfoque en los lentes. El siguiente paso fue probar nuestro producto en gente real. Así que reclutamos alrededor de cien présbitas para que lo probaran mientras mediamos su desempeño. Lo que vimos nos convenció de que el autoenfoque es el futuro. Los participantes podían ver más claramente, enfocar más rápido, y comentaron tener un mejor y más fácil enfoque que con sus lentes actuales. De forma simple: cuando se trata de visión, los autoenfoques no limitan como las correcciones estáticas actuales. Pero no quiero adelantarme. Nos queda mucho trabajo por delante. Por ejemplo, nuestros lentes se ven un poco... (Risas) ¿abultados, tal vez? Una de las razones es que usamos materiales abultados generalmente diseñados para investigación o uso industrial. Otra razón es que necesitamos sujetar todo porque el algoritmo de rastreo ocular actual no tiene la robustez necesaria. Así que mientras ponemos en marcha la investigación, planeamos hacer futuros autofocales que se asemejen más a los lentes normales. Para esto necesitaremos mejorar significativamente la robustez del rastreo ocular, también necesitaremos incorporar lentes electrónicos más pequeños y eficientes. Dicho esto, incluso con nuestro prototipo actual hemos demostrado que la tecnología actual de autoenfoque es capaz de superar formas de corrección estática tradicional. Así que es cuestión de tiempo. Es bastante claro que en el futuro cercano en vez de preocuparnos por qué lentes usar y cuándo, podremos simplemente enfocarnos en las cosas importantes. Gracias. (Aplausos)