[HISTORIA EXTRAORDINARIA]
En el último capítulo, las acciones
de South Sea estaban por los cielos
Pero por debajo del agua,
las cosas iban mal.
La empresa había gastado
gran parte del dinero ganado
vendiendo acciones,
al imponer términos ridiculos.
y al ofrecer préstamos a quien
quisiera comprar en South Sea.
Legislar sus rivales fuera del negocio
causó que empresarios en quiebra vendieran
sus acciones para cubrir su deuda.
Además, la empresa no habia ganado
nada vendiendo bienes en South Sea.
Así como llegó el fin de Agosto,
estas grietas empezaron a aparecer.
El incremeto meteórico de la empresa
se detuvo, y de hecho, empezó a caer.
Y Blunt sabía que si las acciones
empezaban a caer,
la gente le prestaría más atención
a la casa de South Sea
y se darían cuenta lo mal que estaba.
Así que Blunt hizo lo
que mejor sabía hacer:
Vender más acciones
a un precio aún más caro.
Esto fue Blunt en su
máxima expresión de blunt-itud.
Abrió una nueva ronda de acciones
para compra a un precio imposible
de mil libras por acción...
Al mismo tiempo
empezó a vender en secreto
las acciones de su propia empresa.
Aunque, realmente se esforzó
en vender esas acciones,
esta vez, ofreció los
incentivos más ridículos.
Al pedir solamente 10% por adelantado
y sin pagos por un año.
A estas alturas, era más un infomercial
nocturno que una venta de acciones.
Pero, para su suerte, la expectativa
por South Sea aún era tan alta
que pudo vender todas las nuevas acciones
y generar cerca de un millón de libras.
Aunque, esa fue la última vez.
Mientras Blunt vendía estas
acciones absurdamente caras
él tenía que saber que cualquiera
que comprara estaba destinado a perder.
Las reservas de dinero
de South Sea eran escasas
y el precio de las acciones era demasiado
alto para seguir aumentando su valor.
Había empujado al monstruo
lo más que pudo.
E irónicamente, el bache que creó en el
precio con su nuevo conjunto de acciones
era lo que algunos de los primeros
inversionistas buscaban para salir.
Como los que habían invertido
pronto y habían aprovechado
del trato que habia bajado un 20%
y vencido el resto de su pago
muchos lo vieron como el
mejor momento para irse
en vez de reinvertir sus
ganancias de vuelta en la empresa.
Uno de esos inversionistas
fue Robert Walpole
¿Lo recuerdan?
¿El gran oponente de la empresa South Sea?
El hombre que Blunt encarceló
al inicio de formar South Sea?
Bueno, a pesar de todo el
incidente de la torre en Londres
él generó una pequeña ganancia
de las acciones en todo este tiempo
Y de hecho, planeaba reinvertir cuando
su amigo y gestor financiero personal
Rober Jacomb intercedió e impidió
que reinvirtiera en South Sea
Esto no solo salvó a Walpole y a su
propia fortuna, como veremos después
cimentó su reputación
en los próximos días.
Como las acciones de la empresa
empezaron a caer de nuevo,
Blunt, sin efectivo en las reservas
para apuntalar el precio de las acciones,
intentó una última movida desesperada.
Ofreció un dividendo
de 30% en las acciones
con el dividendo subiendo a
50% por los siguentes diez años.
Esto debía ser demasiado
atractivo como para dejarlo pasar
pero en vez de eso, solo hizo que
los inversionistas
que aún soñaban con South Sea,
se despertaran de golpe.
Solo para cubrir tal dividendo
la compañía tendría que generar
cerca de 15 millones
de libras al año.
O cerca de un cuarto del Producto
Interno Bruto de Gran Bretaña.
Finalmente, la población británica
se dijo a sí misma:
"Esto parece ser un poco irreal"
Mientras la confianza en la empresa
desaparecía y sus cofres vacíos
las acciones empezaron
a desplomarse.
Cayó cientos de libras por semana,
y, a finales de septiembre
se vendía una acción
por solo 150 libras.
Esto, ya que Blunt vendió acciones
por mil libras solo tres semanas antes.
Cualquiera que invirtió tarde, y aún más
quien sacó préstamos para ello,
estaba en la ruina.
Las bancarrotas, desenfrenadas,
y los suicidios ligeramente menos.
Pronto, incluso la vieja Hollow Sword
Blade Company cerraría su tienda
con nada más que una nota
en la puerta que afirmaba
que sin duda cubrirían
sus obligaciones existentes.
Así que, por favor,
venga... más... tarde...
Por desgracia, nadie le informó al rey,
quien vacacionaba en su nativo Hannover
Así como South Sea se desmoronaba,
igual lo hacían las finanzas reales
Lo que nos lleva al capítulo final
de este cuento: las consecuencias.
¿Recuerdan cómo en un principio Walpole
intentó convencer al gobierno
bloquear las acciones que South Sea
podría cambiar por deuda a un valor fijo?
¿Y recuerdan como anteriormente
su amigo, Jacomb,
lo había detenido de meter
sus acciones antes del colapso?
Bueno, Walpole vió una
oportunidad en todo esto
Se presentó como el defensor del
público contra las locuras del mercado
al intentar aprovecharse de eso
para ganarse el apoyo del público.
Y finalmente vengarse de aquellos
que lo encerraron hace tantos años.
Pero Walpole era más complejo
de lo que aparentaba
Y debajo de su nueva imagen pública,
y su deseo de venganza apenas disimulado,
él estaba participando en secreto
en una oportunidad mayor:
Una oportunidad de tomar el gobierno.
Sería un juego peligroso,
pues tendría que hacerlo ver
como si ayudara a su amigo Wighs,
pero, al mismo tiempo,
se aseguraba de que los
líderes del Partido Whig
fueran atrapados en la explosión
del escándalo de South Sea.
Y tenía que salvar
al rey de las consecuencias,
ya que necesitaba al rey de
su lado para tomar el gobierno,.
Además, si el rey se hundía con la empresa
Whigs perdería todo, y eso
no funcionaría para sus planes.
Para su suerte, la dirección
de Whigh solo tenía un plan:
Que el Banco de Inglaterra
salvara a su odiado rival, South Sea.
Y, con más suerte aún, todavía tenía
amigos en el Banco de Inglaterra
de cuando intentó que el gobierno diera
la dueda al banco en vez de la empresa.
Walpole negoció un mejor trato con
el Banco, cosa que no pudo el resto.
Los convenció y a la East India
Company de intercambiar sus acciones,
por las ahora inútiles acciones de South
Sea que la gente no podía deshacerse.
También sacó toda la deuda pendiente
que la gente tía de la empresa.
por comprar acciones a crédito anuladas,
y lo convirtió en héroe púbico.
Mucha gente perdió sus camisetas,
pero al menos no perderían su guardaropa.
Aunque, el público
aún estaba en el fervor
y se exigió una
investigación parlamentaria.
Esto complicó un poco
los planes de Walpole.
Por un lado, tenía que parecer
que estaba a favor de erradicar
la corrupción insidiosa que
había arruinado a tantos.
y por otro lado, si cualquiera
mirara con lupa lo que realmente pasó
Whighs, el Rey, y tal vez
incluso Walpole, estarían implicados
Este malabareo estaba a
punto de volverse complicado
Y todo estaba a punto de
suceder por un hombre llamado:
Robert Knight y
su pequeño libro verde.
Únanse la siguiente semana
para el final de la burbuja de South Sea
mientras nos surmergimos en las
consecuencias del colapso de la empresa.
descubran el destino final
de nuestros actores
y averiguen la salvaje historia
del pequeño libro verde,
que tuvo el poder de derribar el
gobierno más poderoso del mundo.
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