en vez de eso, solo hizo que
los inversionistas
que soñaban con South Sea,
se despertaran de golpe.
Solo para cubrir tal dividendo
la compañía tendría que generar
cerca de 15 millones
de libras al año.
O cerca de un cuarto del Producto
Interno Bruto de Gran Bretaña.
Por fin, la población británica
se dijo a sí misma:
"Eso parece ser un poco irreal"
Mientras la confianza en la empresa
desaparecía y sus cofres vacíos
las acciones empezaron
a desplomarse.
Cayó cientos de libras por semana,
y, a finales de septiembre
se vendía una acción
por solo 150 libras.
Esto, ya que Blunt vendió acciones
por mil libras solo tres semanas antes.
Cualquiera que invirtió tarde, y aún más
quien sacó préstamos para ello,
estaba en la ruina.
Las bancarrotas, desenfrenadas,
y los suicidios ligeramente menos.
Pronto, incluso la vieja Hollow Sword
Blade Company cerraría su tienda
con nada más que una nota
en la puerta que afirmaba
que sin duda cubrirían
sus obligaciones existentes.
Así que, por favor,
venga... más... tarde...
Por desgracia, nadie le informó al rey,
quien vacacionaba en su nativo Hannover