Cuando era niña, había una canción
que solíamos cantar en el parque,
y que decía así,
"Tracy y este y el otro
sentados en un árbol, b-e-s-á-n-d-o-s-e,
primero llega el amor,
luego el matrimonio,
y luego llega un bebé en un cochecito"
Y yo pienso,
"Ok, ¡eso es! Así es como va la vida.
Así es como se crea una relación.
Amor, matrimonio, cochecito de bebé.
Bien, ¡lo entendí!
(Risas)
Luego crecí, y esto es
en lo que se ha convertido mi vida
(Risas)
Ligeramente más complicada, ¿verdad?
(Risas)
Amor, matrimonio, divorcio,
temporadas de sequía, amor, matrimonio,
custodia compartida, otro matrimonio,
otro divorcio;
ya tienes una idea.
(Risas)
(Aplausos)
Así pues, si eres bueno en matemáticas
y/o un lector rápido, lo que tienes aquí
es que he estado casada 3 veces.
Si, tres, y divorciada.
Esto significa que soy un fracaso total
para las relaciones.
Y esto es una forma de verlo,
pero no la única.
Porque creo que lo que pasa es que
me caso con la persona equivocada.
No, no es que no haya...
no es que haya elegido chicos malos.
Mis primeros dos maridos eran asombrosos
que ahora están casados
con mujeres maravillosas que no son yo.
(Risas)
Y mi tercer marido, bien,
ahora somos amigos en Facebook.
Así que bien está, lo que bien acaba
¿verdad?
Tras el colapso de mi tercer matrimonio
en 2005,
me di cuenta de que me había casado
con cualquiera que veía,
excepto la persona con la que
realmente debía casarme
para tener una gran relación
y que cuando me casara con esa persona,
todas mis relaciones serían un éxito,
incluso los fracasos.
Los llamados fracasos, mejor dicho.
Como hoy estamos hablando
de mujeres que inventan,
yo hablaré de inventar relaciones.
Lo que he aprendido tras muchos intentos
y obviamente, muchos, muchos errores,
es que lo que ha transformado
mi vida y el amor,
es esta idea de casarte contigo misma.
¿Qué significa casarte contigo misma?
Es una gran idea.
Es tan grande como el matrimonio en sí
solo que, si pudiera resumirlo,
diría que se trata de iniciar
una relación contigo misma
y luego le pones un anillo.
(Risas)
En otras palabras, te comprometes
contigo misma por completo.
Y luego construyes una relación
contigo misma
hasta el punto en que te das cuenta
que estás completo ahora mismo,
que no hay hombre, mujer, trabajo,
circunstancia que te pueda suceder
que vaya a hacerte sentir mas completo
porque ya lo estás.
Y esto cambia tu vida.
Ahora, al menos algunas
seguramente se preguntan
¿Por qué debo escuchar
a una divorciada tres veces
hablar de matrimonio?
(Risas)
Incluso para sí misma. Y lo comprendo.
Esto es lo que tengo
que decir al respecto:
lo que he aprendido y mi experiencia es
que los asuntos en los que están
los mayores desafíos en tu vida
se convierten en aquellos
donde puedes aportar más.
si haces tu trabajo interior.
Me apetece decirlo de nuevo:
los asuntos donde tienes
los mayores retos
son aquellos en los que
puedes aportar más.
Así que les contaré algo sobre
la persona que verdaderamente necesitaba:
yo misma.
Soy de Minneapolis. Guau!
(Risas)
Mi madre era prostituta
y alcohólica.
Me puso en cuidado de crianza
cuando tenía tres meses de edad.
Mi padre era un criminal;
era traficante y proxeneta
con un corazón de oro
-de hecho los dos tenían
corazones de oro-
y pasó mas o menos
toda la vida en la cárcel.
Acaba de salir de prisión
tras su última sentencia
de 20 años.
Hasta la edad de 9 años, estuve
en una docena de casas de acogida.
Lo que necesitan saber
sobre esta historia
-Hay muchos detalles, obviamente-
pero lo que necesitan saber
es que salí de la infancia
con un objetivo: que nunca me abandonaran.
La forma en la que lo haría
sería casándome.
Esa era la forma
en que cumpliría ese objetivo.
Así que me casé la primera vez
con un chico que conocí con 17 años.
Nos casamos tras un par de años,
a los 19.
Era realmente un buen chico
de una gran familia, tenía un MBA.
Quiero decir, era como,
ya saben, material de matrimonio.
Saben, estaba emocionada.
Era como decir "Tengo una familia.
Pertenezco a algún sitio. Es maravilloso".
Y 5 años después lo dejé.
10 años más tarde, me casé de nuevo
con otro hombre estupendo,
que es el padre de mi hijo
que actualmente tiene 16 años.
Todavía tenemos una relación maravillosa.
Es realmente un buen tipo.
Pero tras 4 años también lo dejé.
Y no estoy orgullosa de decir que lo hice,
pero para poder casarte contigo misma,
a veces tienes que ser
dolorosamente honesta contigo
sobre lo que has hecho.
Así que no estoy orgullosa.
Ocho años después,
me casé otra vez, cuando tenía 40 años,
y pensé "Ok, esto se siente bien"
Diré lo que le parece bien a una chica
que estuvo en 24 casas de acogida:
un chico que empezó a tener citas
tras 9 meses de matrimonio;
básicamente, empezó a salir
con una chica de 21 años.
OK, quiero decir, que sería gracioso,
si no fuera tan trágico.
Hay que pensar que...
por eso somos amigos en Facebook.
Así que, aquí estoy yo mirando
a esta persona que acabo de describir
con un terrible pasado
de relaciones,
y pienso "¿se supone que debo
casarme con ella?"
¿Esta es la mujer
con la que quieres que me case?"
Y la respuesta es sí.
Porque aquí está el asunto:
casarse con uno mismo no es
igual que cohabitar.
No va a haber citas durante
un tiempo y ver cómo funciona.
Vas a hacer esto hasta
que la muerte te separe.
Vas a tomar unos votos.
Y aquí están los votos.
Número 1:
vas a casarte contigo misma
en la riqueza y la pobreza.
Esto quiere decir que vas a amarte
a ti misma exactamente como eres.
No te dices a ti misma "Cuando llegues
a la esquina de Hollywood con Vine,
me casaré contigo".
No dice "cuando pierdas
10 kilos, te amaré".
Y no dices "si no te hubieras casado
con ese perdedor, te amaría,
pero como lo has hecho
lo siento, creo que se ha terminado".
Cuando te casas contigo misma,
caminas por ese pasillo
exactamente donde estás.
Y paradógicamente, he encontrado
que amarme exactamente donde estoy
es la única forma de llegar adonde voy.
Número 2:
Vas a casarte contigo misma
para lo bueno y para lo malo.
Lo que significa que muchas de nosotras
estamos deseando amarnos para mejor
O sea, tengo el pelo
estupendo hoy
y me amo.
(Risas)
No es eso de lo que estoy hablando.
Hablo de lo malo, ya saben
en los grandes disgustos de la vida.
Puede que no posea una casa,
que no tenga la carrera que deseaba,
puede que no te hayas graduado,
o hayas tenido la relación que querías.
Puede que no haya funcionado,
que te pelees con tu madre,
quizá veas
muchos realities en TV,
lo que quiera que sea, no importa.
Porque cuando te casas contigo misma,
acuerdas estar contigo sin importar nada.
Tercero,
te casas contigo
en la enfermedad y la salud.
lo que significa que
te perdonas por tus errores.
Un error no es realmente un fallo
a no ser que no aprendas de él
y salvo que no crezcas.
Hay un dicho "pides paciencia
y obtienes una cola en el banco"
(Risas)
Lo que significa que la vida
no te da aquello que has pedido,
te da la gente, los lugares
y las situaciones
que te permiten desarrollar
aquello que pides.
Y lo que ocurre es que,
si no lo obtienes la primera vez,
te lo dará otra vez.
(Risas)
Porque la vida es muy generosa
en ese sentido.
Yo no lo aprendí la primera vez
en el primer matrimonio,
y no lo aprendí la segunda vez,
quizá en la tercera lo aprenda.
Así que dentro de esa terrible experiencia
de aquel tercer matrimonio,
aprendí algo
sobre "en la enfermedad y en la salud".
Lo que aprendí es a sentarme
al lado de mi propia cama,
y sostener mi propia mano,
y hacer de enfermera de mí misma,
y como reconfortarme a mí misma.
Lo que aprendí es que soy
una persona con la que puedo contar.
Por último, pero no menos importante
te casas contigo misma--
Cuando te casas contigo misma,
es para tenerte y sostenerte.
¿Qué significa tener y sostener?
Bueno, pienso que significa
que te amas a ti misma
de la forma en que desearías
que otra persona te amara.
He ido siempre por la vida
con esta sensación de carencia.
Me sentía como si fuera media persona,
y me estuviera perdiendo algo.
Comenzaba mis relaciones
esperando resolver este sentimiento
que he tenido toda mi vida:
que no estaba completa
salvo que alguien me amara.
La verdad era
que nunca me sentiría completa
hasta aprender a amarme a mí misma.
Este asunto de casarse con una misma
transforma cada área de tu vida:
tu negocio, relaciones familiares,
hijos, relaciones sociales, amigos.
Porque al casarse contigo misma,
pasa algo enorme:
puedes amar de este
modo completamente nuevo.
Puedes amar a otra gente
exactamente como son, por quien son,
del mismo modo en que ya estás
amándote a ti misma.
Y por supuesto, esto es
algo de lo que el mundo necesita más.
Así cuando me casé conmigo misma, y me
di cuenta de que tenía todo lo necesario,
comencé a ver que mi trabajo
era básicamente iluminar
mi pequeño rincón del mundo.
Ese es mi nuevo trabajo.
Porque no necesito nada,
ya tengo todo.
Cuando voy a reuniones,
todo es sobre cómo puedo ayudar
a esta persona a lograr su objetivo.
En mis grupos sociales,
pienso, qué puedo aportar
que solo puedo aportar yo.
Cuando voy una cita,
pienso, cómo descubrir a otra persona
quizá solo en una hora?
Lo cual, por supuesto
me da un círculo completo.
Porque la gente siempre me ha preguntado
por mi vida amorosa; quieren saber.
(Risas)
La respuesta es,
que sigo trabajando en ello.
¿No lo hacemos todas?
Así que aquí es donde estoy ahora.
Hace tres meses,
fui a una primera cita.
Aproximadamente a los 30 minutos,
me encontré prestando atención
no a si yo le gustaba,
sino a como me sentía en su presencia.
Me di cuenta de que
me sentía ligera, feliz, bromeando.
Cuando después reflejé sobre la cita,
pensé "¡Guau! ¡me emocioné mucho!
Mira, esto refleja lo comprometida
que estoy conmigo".
Ni siquiera estoy en esta cita
tratando de lograr gustarle a alguien.
Me interesa más cómo me siento
que cómo se siente él conmigo,
No porque sea egoísta,
sino porque la única relación
que siempre tendré
con otra persona
es la que ya estoy
teniendo conmigo misma
solo que ahora la voy a tener con ellos.
Así que resultó que le gusté,
y seguimos juntos.
Es cool y sorprendente,
pero he estado casada tres veces,
así que despacio.
(Risas)
El asunto es que no intento obtener
seguridad a través del matrimonio,
y, Dios no lo quiera,
un cochecito de bebé.
Estoy aquí tan solo
para estar en una relación.
Y no me muero por escuchar
"¿Quieres casarte conmigo?"
Porque aunque esas palabras
son muy poderosas,
muy poderosas para alguien como yo,
no necesito escucharlas de su boca
porque ya las he escuchado
de mi misma.
Yo lo veo como si me hubiera llevado
a mí misma a la cima de una montaña,
o quizá al fondo del océano,
y me puse de rodillas,
y dije "nunca te dejaré".
Y ahora estoy casada con la única persona
con la que realmente quiero estar siempre,
yo misma.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)