Solemos decir "damas y caballeros"
cuando nos dirigimos a un gran público,
como en el caso presente.
¿Cómo pueden tres simples palabras
oprimir por completo
a todo un grupo de personas?
Me llamo Charlie Hobman
y estoy aquí para
elucidar esa pregunta
y muchas otras similares.
Desde el día en que nací,
me criaron como a una niña.
Pero metieron la pata.
Soy hombre, me identifico como tal
y siempre ha sido así.
A la mayoría esto le resulta muy confuso.
¿Cómo puede alguien
dejar de ser Samantha Kate Hobman
y convertirse en Charles Francis Hobman?
¿Pero cómo es posible?
Pues es más simple de lo que parece.
Soy transgénero de mujer a hombre.
Desde la niñez supe que era diferente.
Parecerá un tópico,
pero es la pura verdad.
Mientras mi hermana se quedaba en casa
jugando a las muñecas,
viendo High School Musical o probándose
el traje de novia de nuestra madre,
yo montaba en bici, trepaba árboles,
de los que a veces me caía,
y cazaba lagartijas o lo que fuera
que tuviese a mano.
Solía llegar a casa
con arañazos, magulladuras y rasguños,
pero no me importaba.
Era mi forma de expresarme.
Me hacía feliz hacerlo así.
Por aquel entonces, no tenía ni idea
de qué eran la identidad
o los roles de género.
No sabía qué significaba
"masculino" o "femenino".
Hacía lo que me divertía.
Llegados a este punto, he de decir
que no creo que los roles de género
deban ser impuestos en la sociedad,
pero por aquel entonces,
mi comportamiento
se consideraba "masculino".
Y según me hacía mayor,
se iba complicando.
No me relacionaba con los demás
porque me sentía como un farsante
al mostrarme femenina.
Cuando hacía amigos,
sentía que les estaba ocultando
mi vida entera,
y es que no estaba preparado
para admitir quién era.
Pero las cosas cambiaron.
Salí del armario. Mudé esa piel
y le prendí fuego.
No me arrepiento en absoluto.
He podido venir aquí
y decir, "este soy yo,
y es quien voy a ser;
aquí he estado,
y aquí es donde voy a estar".
Hablemos de tecnicismos.
Para empezar, el sexo, la identidad
de género y la expresión de género
son tres cosas totalmente distintas que,
en conjunto, forman nuestra identidad.
El sexo es lo que hay bajo la ropa:
nuestras partes íntimas.
La identidad de género
es cómo uno se identifica.
En mi caso, ya lo he dicho,
como hombre.
La expresión de género se refiere a
cómo uno exterioriza el mismo.
Antes de salir del armario,
cultivaba una imagen de mujer.
La gente me reconocía como tal
porque vestía ropa de chica
y tenía maneras femeninas.
Ahora, con mi semblante masculino,
mi expresión de género
es, por lógica, masculina.
Estos tres conceptos se aúnan, conformando
así nuestra identidad de género.
Hay un par de cosas
que debemos comentar.
Cosas que todos deberíamos saber,
sin importar si somos trans o no.
En primer lugar, las personas trans
tienen derecho a utilizar
el cuarto de baño que prefieran.
No hay una ley que establezca
qué baño podemos usar o dejar de usar.
¿Qué ha de cambiar?
Hay muchísimas cosas que me inquietan.
Me da miedo ir al trabajo
y que se me discrimine.
Me da miedo decirle a la gente quién soy.
Aunque voy mejorando,
me sigue resultando difícil.
¿Cómo podemos concienciar al resto?
¿Cómo podemos conseguir
que las personas como yo
seamos comprendidas y aceptadas
en nuestra comunidad?
Porque eso es lo que necesitamos.
Para empezar, estaría bien
que se nos representase adecuadamente
en las clases de educación sexual.
De lo contrario, los niños no entenderán
ni sabrán qué significa ser transexual.
Muchas personas a las que les he dicho
que era trans me han respondido:
"¿Y eso qué es?
¿Me lo explicas?"
Y yo se lo explico tan contento, pero
me choca que tan poca gente
sepa de qué va la cosa.
El problema no somos nosotros,
sino el sistema de educación sexual.
Tenemos la oportunidad de educar sobre
quiénes somos y qué representamos.
Esto no solo contribuye a crear
una comunidad más tolerante y pacífica,
sino a ayudar a la gente que
se plantea dudas sobre su propio género
a ser capaces de avanzar
y librarse de esa incertidumbre,
algo que yo no tuve.
Nunca tuve la oportunidad
de saber qué era lo que sentía.
No sabía cómo se llamaba.
Esa incertidumbre me tenía en una burbuja
y me hacía esconderme de mí mismo.
Con la representación propia
en las clases de educación sexual,
aquellos que se cuestionen su género
podrán pensar libremente sobre ello,
porque el género y su expresión
son cuestiones
que cabe explorar, independientemente
de si uno se identifica
como transexual o no.
El autoconocimiento reviste tal
importancia que no entiendo por qué
no está más presente
en la sociedad educativa.
Hemos avanzado mucho.
Hace 50 años no habría podido
estar aquí.
No habría podido hablar
ante este público.
Como comunidad, somos capaces de
consolidarnos, de formar un grupo,
de unirnos, y no digo solo entre
nosotros, el colectivo trans,
sino con todos Uds. también.
Todos nosotros, como comunidad.
Somos capaces de unirnos
y luchar por lo que creemos,
y de decir:
"Existimos. Siempre hemos existido.
Y siempre existiremos.
No pueden borrarnos de la sociedad".
Según la revista Time, nos encontramos
en el "punto de inflexión transgénero".
Estamos avanzando
por el bien de la humanidad.
Quiero poder caminar por la calle.
Quiero poder usar
el cuarto de baño de caballeros
sin que me griten.
Quiero igualdad de derechos.
No quiero estar oprimido.
¿Cómo vamos a conseguirlo
si no trabajamos juntos?
Los transexuales nos estamos haciendo oír.
Y eso está bien.
Le estamos diciendo al mundo
quiénes somos.
Este es nuestro verdadero yo,
y no podemos cambiarlo.
Es algo innato en nuestros genes
y siempre lo será.
Lo que puede y debe cambiar
es la actitud de los demás,
su punto de vista.
La perspectiva que se tiene
sobre los roles de género,
porque no debería considerarse raro
que un hombre lleve un vestido.
Debería aceptarse y celebrarse.
Puedo confirmar, por propia experiencia,
que decir que eres trans es aterrador.
Si existiese la representación debida
en los medios, sería mucho más fácil.
Hasta ahora, los medios de comunicación,
y me refiero a cuando tratan el tema
de la transexualidad, se han limitado a
utilizar a los transexuales
como elemento satírico.
Les parece divertido.
Insultarnos.
Convertirnos en un chiste.
Pero esa no es nuestra razón de ser.
No estamos aquí
para que se rían de nosotros.
Somos seres humanos.
Como ya he dicho,
"damas y caballeros"
es una expresión opresiva,
porque la identidad de género
no está representada por una línea recta
cuyos extremos son
"masculino" y "femenino".
Se trata de todo un espectro.
Hay muchísimas opciones de género.
Sin ir más lejos, Facebook ofrece 71
opciones diferentes de identidad
de género, entre ellas:
masculino, femenino, sin género, para
quien no se identifique con ninguno,
fluido, cuando la identidad de alguien
oscila entre masculino y femenino,
o un tercer género.
Hay muchas otras, pero es algo
que la gente debe conocer más a fondo
para poder llegar a entenderlo.
Mi misión, y espero que Uds.
me acompañen en la travesía,
es seguir avanzando.
Este último siglo hemos avanzado tanto
que puedo venir aquí
y hacer una lista
de todas las cosas positivas
que han ocurrido.
Pese a todo, todavía
queda mucho por hacer.
La pregunta es,
¿cuándo vamos a hacerlo?
(Aplausos)