En 2007, una crisis del mercado inmobiliario americano se propaga rápidamente por el mundo.
Millones de personas pierden su vivienda y su empleo.
Para salvar el sistema financiero internacional, los gobiernos desbloquean millones de dólares
lo que provoca una ola de indignación.
Esto nos lleva a preguntarnos si la causa no es la propia economía capitalista.
Estamos en la pobreza, y lo sabemos.