En 1989 un artista llamado Dread Scott,
que también ha honrado
al escenario de TED,
creó una obra de arte en Chicago
donde simplemente colocó
una bandera estadounidense en el suelo
e invitó a los espectadores
a pararse sobre la bandera
y escribir cómo se sentían en un diario.
Para mí, una de las cosas más potentes
que se escribió en ese diario decía:
"¿Por qué nos parece bien
que hayan personas sin hogar,
o seres humanos en el suelo,
pero no que hayan banderas en el suelo?".
Para algunos de ustedes,
esta obra de arte es perturbadora.
Y ese es el objetivo de esta charla:
no disgustarles ni enfadarles,
sino demostrarles que las banderas
tienen un poder increíble,
y que las banderas les importan,
aunque piensen que no.
Saben que sí.
Muy bien.
Al acabar, espero que
se sientan inspirados
para aprovechar el poder de las banderas
y luchar por un mundo mejor.
Pero antes de llegar a eso,
vamos a empezar
en el extremo opuesto del espectro.
Y antes de mostrarlo,
quiero anunciar que lo que muestre aquí
no es ninguna promoción,
sino, normalmente, lo contrario.
Ante todo, quiero crear un espacio
donde podamos ver
estas banderas y sus diseños
y analizar cómo nos hacen sentir.
Vamos a hablar de emociones.
¿Les parece bien a todos?
Muy bien.
¿Preparados para la primera bandera?
Empezaremos por una fácil.
Era broma.
(Ríe)
Algunos de Uds. tal vez se sientan
incómodos en una sala con esta bandera.
Yo me siento incómodo teniéndola detrás.
Algunos de Uds.
tal vez se sientan orgullosos.
Es comprensible, estamos en Texas.
No es raro verla, ¿verdad?
Pero empecemos con datos.
Esta no es la bandera confederada,
¿de acuerdo?
Esta es la bandera de la batalla
del Ejército de Virginia del Norte
dirigido por el General Robert E. Lee.
La próxima vez que alguien diga
que esa bandera es su legado,
a no ser que su familia luchara
en esa milicia específica,
se equivocan.
Como experto en banderas,
les doy permiso para decírselo.
Esta bandera se hizo más prominente
a mediados de los 50 y los 60
como respuesta al movimiento en auge
por los derechos civiles.
Y hoy, por supuesto,
representa la Confederación
para la mayoría de nosotros.
Pero no debería recordarles
qué es la Confederación.
Fue una nación rebelde
que se alzó contra Estados Unidos,
les llevó a la guerra,
y en cierto momento,
fue una de las cosas
menos estadounidenses que existían.
Sin embargo, a esta bandera la protegen
las mismas leyes que protegen
a la bandera de Estados Unidos
en los estados de Florida, Georgia,
Carolina del Sur, Misisipi y Luisiana.
Vamos a centrarnos en Georgia un segundo.
En 1956,
unos años después de la desegregación
obligatoria en escuelas públicas,
Georgia cambió su bandera estatal a esta.
Creo que todos estamos de acuerdo
en que no todos los georgianos
estarían orgullosos
de exhibirla en sus hogares, ¿verdad?
No.
Al igual que las estatuas confederadas
erigidas a mediados de los 50 y en los 60,
este símbolo mostraba
quién estaba al mando
y quién no.
Esta fue la bandera de Georgia
hasta el año 2001.
Ese año cambiaron su bandera
por esta.
Como experto en banderas, puedo afirmar
que esta bandera es oficialmente fea.
Está bien reírse de esta bandera.
Es fea, y como es tan fea,
entre otros motivos,
la cambiaron tan solo dos años después.
Hubo un referéndum
donde pudieron elegir entre esa bandera
y la que ahora es
la bandera actual de Georgia.
Algunos de ustedes se preguntarán:
"Espera, Michael,
si esa bandera de antes
no era la confederada,
¿cuál era la bandera confederada?"
Georgia ondea la primera bandera
de los Estados Confederados de América
hasta la fecha.
Pero añadieron el escudo de su estado.
Volvamos a nuestras emociones.
Esta bandera no les ha dolido
tanto como la otra, ¿a que no?
¿Verdad?
Por eso me encantan las banderas.
Son piezas de diseño muy sencillas,
normalmente con dos o tres colores,
algunas barras o rayas.
Pero pueden invocar
las emociones más profundas en nosotros.
Nos llenan de orgullo
o de odio ferviente.
Moriríamos por una bandera
o incluso mataríamos por ella.
Uno de mis diseñadores favoritos
es Wally Olins,
lo llaman el padre
de las marcas nacionales
y solemos citar su frase:
"Todos quieren pertenecer
y mostrar símbolos de pertenencia".
Es una locura que estos trozos de tela
cosidos entre sí o tintados
se conviertan en un objeto tan sagrado,
y eso es porque se convierten
en parte de nuestra identidad.
Son herramientas poderosas para unir
e igualmente poderosas para dividir.
¿Listos para la siguiente bandera?
Bien.
Tómense un momento.
Analicen cómo se sintieron
cuando apareció esto en la pantalla.
La voy a cambiar rápidamente
para que no me tomen fotos
con esta bandera detrás.
(Risas)
¿De acuerdo?
Tras la Primera Guerra Mundial,
Alemania quedó en mal estado,
y un joven Adolf Hitler
tuvo muchas "ideas", por llamarlas así,
de cómo Alemania
había llegado a ese estado
y cómo podían salir de ahí.
Escribió capítulos enteros
en su libro "Mi lucha",
que no recomiendo,
sobre cómo Alemania perdió
la I Guerra Mundial
en parte, porque los británicos
tenían un mejor diseño gráfico
y una mejor propaganda.
Y con el crecimiento del partido Nazi,
Hitler creó una de las guías de imagen
más densas que he visto nunca,
más que la mayoría
de guías de marcas de empresa.
En ella, detalló títulos y uniformes
y muchísimas banderas.
Conocía el poder de las banderas.
Dice en "Mi lucha":
"La nueva bandera debe ser tan efectiva
como un gran póster
porque en cientos de miles de casos
un emblema potente puede ser lo primero
que despierte el interés
sobre un movimiento".
Al fin y al cabo, era artista.
Sabía que el poder de la identidad visual
y de los uniformes
podía hacer resurgir la identidad alemana.
Y, para millones de alemanes,
era un símbolo acogedor.
Pero para otros
era un símbolo de muerte.
No solemos pensar
que las banderas son armas
pero, como la bandera confederada,
los alemanes usaron su bandera
para hacer que un grupo externo
se sintiera mal recibido
e inferior.
Cuando se crea una bandera,
inmediatamente se crean dos cosas:
un grupo interno,
un grupo representado por ese símbolo,
e, inevitablemente,
se crea un grupo externo.
Normalmente es algo sutil.
Es un resultado colateral,
esa no suele ser la intención.
Pero los alemanes tenían muy claro
a quién representaba la esvástica
y a quién no.
En 1935, prohibieron a los judíos
ondear las banderas alemanas.
De este modo
los alemanes, tal vez más que
en cualquier otro momento de la historia,
usaron el poder dual de las banderas,
para unir y también para dividir.
Se usaron las banderas
como armas de identidad.
Y ahora, en el 2019,
nadie puede exhibir la bandera Nazi
en Alemania,
Austria, Hungría, Rusia y Ucrania.
Piensen en ello.
Es un trozo de tela, pero está prohibido.
A primera vista, parece una locura.
Pero creo que todos nosotros
estamos de acuerdo
en que es probablemente lo mejor.
Es como un arma.
Como vexilólogo,
a veces lo más interesante de una bandera
no es su diseño,
sino las leyes sobre la bandera.
Por ejemplo,
en la India, para crear una bandera india,
hay que utilizar una tela
tejida a mano llamada "khadi".
Si alguien hace una bandera
de otro material
puede ir a la cárcel hasta por tres años.
Es una locura.
Aquí en Texas,
todos hemos oído
que la nuestra es la única bandera estatal
que puede ondear
a la misma altura que la de EE. UU.
porque fuimos una nación
antes de ser un estado.
¿Quién lo sabía?
Ya.
Bueno, les puedo afirmar
que es totalmente falso, ¿de acuerdo?
Primero, no fuimos el único estado
que fue una nación antes de su anexión.
Segundo, todas las banderas estatales
pueden ondear a la misma
altura que la de EE. UU.
según el Código de la bandera de EE. UU.
Y no necesito preguntarles
qué sienten por esta bandera, ¿no?
La mayoría de nosotros creció
jurándole lealtad todas las mañanas,
sabiendo que nunca podíamos dejar
que tocara el suelo, etc.
En EE. UU. nos tomamos muy en serio
el Código de la bandera.
Recientemente, unos jugadores de fútbol
se arrodillaron durante el himno nacional
y causó una gran polémica.
Quebrantaron el Código de la bandera,
que dice que durante el himno nacional
hay que estar de pie,
con la mano en el corazón, etc.
Pero lo que me fascina, como vexilólogo,
es que nadie se molesta
cuando ocurren cosas como esta.
El código dice: "La bandera nunca
debe llevarse en plano o en horizontal,
sino siempre en el aire y libre".
A veces, durante este
mismo himno nacional,
esto ocurrió y nadie se molestó.
O esto, que ocurre siempre.
El código es claro:
"Nunca se debe usar la bandera
en un traje o uniforme atlético."
Este es un equipo de béisbol de Texas.
No les quiero meter en problemas,
pero esto pasa siempre,
sobre todo en noviembre.
Estoy seguro de que
cuando salgan de aquí hoy
verán en la parte trasera
de un coche o camión
una bandera de EE. UU. en blanco y negro
con una línea fina azul.
"Blue Lives Matter".
Esto rompe con el código
de muchas maneras.
Pero todos estos casos
se hacen con buenas intenciones.
Nadie lo va a debatir.
Pero quebrantan una sección
del Código de la bandera
llamada "Respeto a la bandera".
Así que al ponerla en su uniforme,
legalmente, le faltan
el respeto a la bandera.
Lo más curioso para mí
es que esos jugadores de fútbol
que se arrodillaron
y las personas que ponen pegatinas
de "Blue Lives Matter" en sus coches
se encuentran en extremos opuestos
de un asunto muy amplio,
pero ambos quiebran la misma ley,
una ley que no se puede aplicar.
De hecho, la obra de arte
de Dread Scott de 1989
llevó al Tribunal Supremo a dictaminar
que el código es solo una guía.
No se puede procesar a alguien
por quebrar el código.
No se puede obligar a alguien
a ser patriota.
Pero entonces ¿por qué hay
tantas leyes sobre cómo usar la bandera
si no se pueden aplicar?
Porque una nación
es una idea colectiva frágil.
Solo existe en nuestras mentes.
¿Puedo ver esto? Gracias.
A veces, una bandera
es el único símbolo tangible de esa idea.
Nuestra unidad a veces solo se teje,
literalmente, con hilos.
Es muy poderoso.
El Código de la bandera conserva
y protege esa frágil idea,
y también protege su derecho a quebrarlo.
Eso es lo especial de EE. UU., ¿verdad?
Y lo que hace a nuestra bandera única.
Nuestra bandera es impresionante.
Ha cambiado más
que cualquier otra en el mundo.
El código de la bandera estipula
que cuando se crea un nuevo estado
se añade una estrella a la bandera
y esa adición ocurre el cuatro de julio.
Nuestra bandera es única porque
crece conforme nosotros crecemos.
Por diseño y por ley
fue creada para cambiar con nosotros.
Es un símbolo viviente
de nuestra individualidad,
de nuestra diversidad en las estrellas
y de nuestra unidad.
En EE. UU. tenemos la suerte
de que nuestra bandera es inclusiva.
Si la bandera Nazi
fue un arma de identidad,
la bandera de EE. UU., solo por su diseño,
es un contraste directo.
Y puedo decir, como vexilólogo en el 2019,
que usar esta bandera
como arma de identidad contra alguien
es una falta de respeto mucho mayor
que dejarla tocar el suelo
o que cualquier otra ley
que quebramos todos los días.
¿No es así?
Esta bandera
es un símbolo de nuestra unidad.
Nunca se debería usar
como arma contra alguien.
Estoy de acuerdo con la persona
que escribió en el diario de Dread Scott:
"Nunca deberíamos valorar más el símbolo
que aquello que simboliza.
Nunca deberíamos valorar más
un trozo de tela que una vida humana".
Y si alguna vez quieren usar
un trozo de tela como arma,
nunca deberían usar esta bandera,
cuando es una bandera que
siempre tiene espacio para más estrellas.
Con suerte, ahora conocen
el poder de las banderas
y saben lo que pueden hacer.
¿Y si aprovechamos este poder
para luchar por algo mejor?
Esta es la bandera de la Tierra,
diseñada por Oskar Pernefeldt, de Suecia.
Imaginen conmigo por un segundo:
¿Y si celebramos nuestra humanidad
al mismo nivel, o incluso más,
que nuestras nacionalidades?
Ahora que nuestra civilización
explora el espacio y llega a las estrellas
¿qué significan nuestras naciones,
cuando nos posamos en la superficie
de Marte u otro planeta?
Y por supuesto, aquí en la Tierra,
ahora que nuestro planeta
se enfrenta a una crisis climática,
y nuestros hijos y nietos
vivirán en un clima insostenible,
creo que necesitamos
un símbolo fuerte, una bandera
que nos una en nuestra lucha,
no como naciones,
sino como especie.
Gracias.
(Aplausos)