(Aplausos) La tristeza y el dolor me han consumido. Un conjunto de recuerdos negativos, que dañan mi alma y mis sentidos, me recuerdan de dónde he venido. Ahora soy un hombre de gran fe, por eso sé que nunca seré el último. Sin embargo, mi entorno actual me recuerda la hermosa vida que alguna vez tuve. He dado por sentado muchas cosas, porque entonces no me las tomaba a pecho, ni entendía el hecho. A pesar de todos mis problemas y pruebas, he hecho muchos kilómetros, pero he fallado en evaluar las lecciones del camino. La vida es hermosa y demasiado corta para desperdiciarla. Y les diré por qué: porque pasé de un campus universitario a un campus carcelario. (Chasqueo) Todo ocurrió de repente. Mi vida ha tenido muchas idas y venidas, muchas sonrisas y sinsabores, pero es una pena porque soy la única razón de esta ruina en mi vida. Seguía a falsos ídolos y repetía el mismo camino. No me daba cuenta de la situación, que con el tiempo fue fundamental. Mi deseo carnal, mi enfermedad mental, mi ignorancia por la verdad, el abuso de sustancias, fueron las herramientas negativas, que fulminaron mi juventud. Y ahora la sinceridad es mi verdad. Y estoy comprometido a cambiar el mundo a través de mis palabras. Cuando... (Se emociona) Lo siento, de veras. (Aplausos) Cuando me detengo a pensar en todas las vidas y las personas que se han visto afectadas por mis actos, la culpa y la vergüenza me arrastran más hondo que el mismo océano. El amor incondicional de Dios y su misericordia son mi poción, la más pura medicina que me ayuda a seguir. Sin importar lo que pase o lo que pueda sufrir, todo forma parte de un plan mayor. El amor, el coraje y la determinación me liberarán de mis fallos y lamentos. Y en el fondo sé que es verdad. Entregado en cuerpo y alma a mi nueva vida con arrepentimiento y cambio, ahora ustedes me han consumido. Que Dios los bendiga y muchas gracias. (Aplausos) (Ovación)