Throw Me Your Art Heart! Project- Interview with Puppeteer/Playwright Jesse Stong

Hola.

¡Hola!

Entonces, ¿Quién eres?

Mi nombre es Jessie Stong,
soy dramaturgo,

escritor de teatro
y titiritero aquí en Montreal.

Trabajo para Young Playwrights, en la
unidad de Jóvenes creadores de Montreal.

Es mi proyecto principal,

trabajo con artistas angloparlantes
menores de treinta años,

pero también hago proyectos
de trabajo social, conciencia social,

proyectos que combinan lo social
y el teatro.

Bien. Entonces, ¿qué es
la unidad de jóvenes creadores?

La unidad de jóvenes creadores de
Patrimonio Canadiense.

Es un grupo de personas de menos
de treinta años que se consideran

contadores de historias
como danza, música, teatro,

principalmente en un escenario.

Los artistas se reúnen una vez por
semana para trabajar en distintas obras

y para desarrollar una
energía grupal y todo eso.

Muy bien, ¿Y cuáles dirías que son
tus proyectos de compromiso social?

Bien, mi formación es en trabajo social,

Y bueno.

He hecho teatro desde que era niño,
pero cuando fui a la Universidad

por trabajo social en Toronto, empecé
trabajando en Children’s Aid

en un programa de acogida.
Y fue muy difícil para mí

porque me di cuenta de que no
estaba conectando con las personas.

Pero luego comencé a trabajar en Sketch,
un estudio de arte de Street Youth,

vi a las artes como una forma de conectar
con la gente, en especial con los jóvenes.

Empecé a dirigir talleres de escritura
e ir a escuelas, hice cabarets basados

en temas sociales como el racismo,
impacto ambiental, violencia.

Comencé a reunir a grupos de secundaria
para hacer proyectos conforme crecía.

Y eso se convirtió en lo que hago, como
proyectos sociales, cosas comunitarias

y hacer teatro de alta calidad con ello,

o a veces teatro de no tan
alta calidad podría decir.

El teatro como una manera de abrirse,
de lograr que las personas hablen.

Recientemente he estado trabajando con
personas con diferencias intelectuales

a través de nuestro nuevo
proyecto de nuevas historias.

Nos dimos cuenta de que hay una gran
cantidad de personas que cuentan

y que tienen historias de la
comunidad de “discapacidad” intelectual.

Y aun así, ni si quiera puedes nombrar
a uno, excepto a quizás Nile en NBC,

que es el único artista que la gente
conoce y que está siendo producido.

-Oh, bien.
-Entonces decidimos enfocarnos,

¿en dónde están estas personas?, ¿dónde
se encuentran estas comunidades?,

¿cómo podemos entrar? y ¿cómo hacemos que
nuestro programa sea accesible

para ayudarlos a contar sus historias?
Para que así en el escenario

no sean representadas como una
persona inocente, o como un bufón,

con una historia de “Siéntete mal por mí”,
queremos las historias reales y complejas.

Claro, o incluso como
una “persona especial”.

Si, exacto. ¿Qué hay de la verdadera
historia de ellos, desde ellos?

Y eso es con lo que estoy lidiando.

Comencé a desarrollar ese proyecto
desde hace aproximadamente 5 meses.

Yendo a entornos comunitarios.

¿A qué entornos comunitarios estás yendo?,
¿Dónde encuentras a estas personas?

Un lugar es La Muse, es un
gran lugar, es prácticamente

la Escuela Nacional de Teatro para
personas con discapacidades.

Ellos capacitan actores. Estuve con ellos
antes, pero ahora hago talleres ahí,

es un lugar increíble,
mayormente hablan francés,

pero estoy trabajando con algunos
escritores angloparlantes.

Después vamos a la asociación de West
Island para discapacidades intelectuales

y a Summit School que es una
gran escuela primaria, después,

quiero decir una preparatoria, después
Mackay Center que es una escuela primaria.

Muy bien.

Vamos allí con artistas para hacer
talleres de narración de historias

y a través de eso encontramos
personas que están muy interesadas,

tenemos un grupo de ocho
personas con quienes trabajamos,

los reunimos y les damos
recursos y apoyos.

Muy bien, y en este proyecto,
¿cuál es su alcance?,

¿qué hacen los participantes
como parte del proyecto?,

y ¿cómo se ve el resultado final?

Es muy personalizado. Estoy trabajando
uno a uno con casi todos,

solo para desarrollar sus historias.

Vamos a, bueno, en realidad
este es un año exploratorio.

La idea es que hemos solicitado mucho
financiamiento y un problema

cuando no eres parte de esa comunidad
es pedir fondos. No eres arte,

no eres trabajo social,
es una combinación.

Así que, los fondos de arte dicen “no, ve
a trabajo social”, los de trabajo social…

Y si no tienes una persona
de esa comunidad aplicando

puede llegar a ser una forma de
apropiación ¿no?.

He trabajado con personas con
discapacidades intelectuales

desde que tenía 14 años, llevo
como 20 años en el campo.

Así que trato de dejar en claro que no
intento decir “tomemos sus historias”.

Lo que realmente estamos tratando de hacer
es reunirlos y comenzar sus historias.

Así, cuando solicitemos más financiamiento
podamos decir: estas son las personas

con quienes estamos aplicando.
No solo soy yo yendo por mi cuenta.

Pero cuando se trata de ciertas
comunidades es algo complejo,

Alguien tiene que ir allí y
hacer algo para iniciarlo ¿no?

Y tienes que presentar esta nueva
idea que la gente nunca ha escuchado.

Tienes que explicar de qué se
trata y cuál es su perspectiva.

Así es, en este momento en el arte
relacionado a la discapacidad

todo se trata de “eso no es apropiado”
o “eso no es correcto”,

esa narrativa está muy presente. Y cuando
se trata de discapacidades intelectuales

es complicado porque muchos no
tienen la capacidad ejecutiva

para organizar una beca, para
montar un proyecto por su cuenta.

No es que no puedan, pero si les damos
el mismo marco que a alguien

en silla de ruedas… yo no voy a solicitar
una beca para alguien en silla de ruedas

porque no puede hacerlo, ¿cierto?
-Cierto

Entonces, hacer un proyecto con
eso fue definitivamente muy complejo.

Lograr que la gente saliera de
esa narrativa tipo “no apropiarse”,

lo cual está bien, pero fue
difícil abrir camino y decir:

eso no es lo que estamos haciendo.
¿Sabes?

Sí, también es como que tal vez se podría
obtener apoyo de distintos sectores

y de la comunidad si se lleva
a cabo bien el proyecto, ¿Verdad?

Podrías acudir al sector salud,

y esos sectores, a psicología,
a educación.

Exactamente, y es difícil porque todavía
no tienes el producto final,

como una obra lista para ser reproducida,
entonces todo es especulación

de que vamos a llegar a un punto
en que haya una obra producible.

Yo creo que sí, creo que muchas
de las obras ya están en ese punto,

pero tengo una perspectiva diferente de lo
que es el teatro, y de qué tan acabado

y qué tan pulido
tiene que estar.

Pero es complicado porque te
animan a ir por la ruta comunitaria

en lugar de la artística. Lo que
tratábamos de argumentar es que

estas personas, si logramos ser más
accesibles, pueden ser contribuyentes

iguales a nuestro arte. Si vamos a contar
historias y narrativas en el escenario

todos tienen que estar representados, ¿no?
Entonces, ¿Por qué tenemos

el caso del perro y la historia
sobre el autismo en esa obra?

“El caso del perro”, lo que sea, se está
produciendo en todos lados,

Es una historia sobre una persona
con autismo, escrita por alguien

que no tiene autismo, protagonizada por
un actor que finge tener autismo.

¿Por qué estamos cómodos presentando
esa obra por todo Canadá y Estados Unidos,

pero no sentimos que debemos poner
energía en una nueva obra escrita

por alguien que realmente vive eso?
-Estoy de acuerdo.

Ha sido genial, una historia
en la que pensaba

es la de esta mujer con la
que estoy trabajando.

Ella es no verbal, completamente
no verbal, escribe todo.

Cuando intenté por primera vez
hacer los talleres grupales, hubo una vez

en que la estaban interrumpiendo
porque el ritmo era más rápido

por haber muchas personas en
la sala. Ella se molestó mucho,

estaba visiblemente molesta. Y fue como
un momento de temperamento artístico

porque sus ideas no estaban siendo
escuchadas, conecté mucho con eso.

Me hizo enfocarme aún más
en lo que estaba trabajando.

En mi última sesión con ella descubrí
un sistema donde puedo escribir ideas

con imágenes y mostrarle
el flujo que puede seguir,

ella solo necesita verlo frente
a ella en papel para empezar.

Y escribió como 30 páginas en
una hora de nuestra última sesión.

Lo que pensé fue: esta persona es
alguien que tiene historias que contar,

sobre la jubilación que está planeando,
sobre fiestas, está creando personajes

en torno a ir al cine, como escribiendo
una obra sobre ir al cine, es raro,

pero está bien. Sobre
amigos yendo al cine.

Y yo solo pienso: ¿cuántos
años esta mujer ha sido

la persona no verbal en la esquina, que
está siendo incluida pero no escuchada?

-¿Sabes?
- Sí.

Y ahora estamos aquí, con 30 páginas
en una hora.

He trabajado con escritores
increíbles, pero no conozco a ninguno

que pueda escribir 30 páginas en una hora.
Todo lo que se necesitó fue cambiar

la forma en la que estaba enseñando y
escribirlo, esa cosa tan simple

y accesible justo frente a mi ¿Sabes?

Entonces, eso es lo que realmente
me interesa. No es tanto el producirlo,

es más bien ¿Cómo tomo lo que sé hacer,
que es la dramaturgia y escritura teatral,

y lo personalizo para las
personas? Ese es el proceso.

Mucho de lo que estamos haciendo en estos
tres talleres es tomarnos el tiempo

para hacer un proceso lento,
de investigación de procesos

para que podamos tener resultados rápidos.

Así que, creo que esa es realmente
la técnica, siento que eso es un poco

de lo que hiciste con esta persona: viste
que estaba atascada, te sentaste

y dijiste “bien, vamos
a desacelerar esto”.

¿Cuál es el proceso?

¿Qué es lo que el proceso está tomando?,
¿lo podemos ver frente a nosotros?

Y luego fue como: bien, ahora lo
vemos todo. Y ¡BOOM!

Surgió una gran productividad
de ese momento

de concentración lenta.
-Sí, claro.

donde dijiste “Estoy aquí,
compartiendo el enfoque contigo”

Creo que es eso exactamente, que tiene
que estar centrado en la persona,

eso es todo lo que hacemos y es cierto
para cualquier dramaturgo. Solo que

no le prestamos atención a todo el
desarrollo que tuvo el dramaturgo

con “habilidades neurológicas normales”.
Pero ese es el punto: lo primero es que

para ir a la universidad o a la Escuela
Nacional de Teatro necesitas

un diploma de secundaria, y las personas
con discapacidades intelectuales

no lo obtienen, o muchas no lo hacen.

Muchos salen de la escuela a los 25
o 23 años y aún no han terminado.

Entonces, ya hay barreras
para la formación, ¿cierto?

Esperamos que las personas estén
formadas y sean profesionales,

pero al mismo tiempo existe una barrera
que les impide acceder a esa formación.

Es ahí donde tenemos
que ver la brecha.

No pueden audicionar para la Escuela
Nacional de Teatro. Entonces,

¿cómo esperamos ver a alguien con
discapacidad en el escenario en Canadá

si ni si quiera pueden cruzar esa puerta?

Pero también estoy de acuerdo en que
hay que poner a la persona en el centro,

dedicar tiempo en pensar en el círculo
que la rodea, en su sistema de creación

y listo, todo fluye una vez
que haces ese trabajo.

Pero tiene que funcionar
con la persona.

Creo que todos los teatros tienen
que hacer eso cada vez más.

Vemos obras individuales, el monólogo
puede dirigirse como

una pieza externa a quien lo crea o
interpreta, piensas que

esa persona que es el centro
del proyecto y no lo es.

Si quieres una obra rica tienes que
invertir en ese núcleo, ¿verdad?

Así que, creo que lo
que estoy haciendo

es exactamente lo que
haría cualquier dramaturgo,

solo que he descubierto cómo
personalizar lo que hago.

Perdón, mis cosas están sonando.

-No pasa nada, esto es muy informal.
-El teatro es muy ajetreado.

Veamos, nos quedan como un minuto.

¿Podrías compartir un poco sobre tu
experiencia con las marionetas?

Sí, claro, he trabajado
con marionetas toda mi vida,

desde que tengo memoria me ponía
frente a un espejo a jugarcon títeres.

Era un niño muy tímido que al mismo
tiempo quería ganar un Oscar,

así que era una
contradicción muy rara,

pero a través de las marionetas
podía ser tan salvaje como quería,

creo que las marionetas son una
gran forma de expresar eso.

He trabajado como consejero y
he usado muchas marionetas,

ahí fue donde empecé
realmente a explorar.

Había unos gemelos con los que
trabajaba que no hablaban,

y en cuanto les ponía una marioneta
empezaban a conversar entre ellos.

Siempre hablaban entre ellos en privado,
pero ahora hablaban públicamente.

Y lo he visto varias veces, de repente el
niño más callado de la clase se convierte

en el más raro e interesante del mundo
en cuanto se topan con una marioneta.

Y no sé, hice un proyecto con la
escuela secundaria Wesmont

que creo que fue muy importante.
Usamos solo materiales reciclables,

hicimos proyectos, ellos hicieron
escenas sobre el medio ambiente,

algunas de las cosas que crearon
fueron tan maduras y hermosas,

fue una muy buena manera
para ellos de entender el mensaje,

y de aprender físicamente
sobre el reciclaje

mientras realizaban el reciclaje.

Claro.

Y creo que las marionetas,
son como… vivimos en un mundo

cada vez más orientado a los objetos,

nuestros iPhones sonaron
durante esta entrevista.

Así que creo que cualquier cosa que
podamos hacer para llamar la atención

sobre la vida de los
objetos, el poder de estos

y cómo el mundo inanimado puede
tener tanto poder, creo que es valioso,

por eso amo las marionetas, creo que es
como un gran arte bajo que nadie espera

y que tiene un gran impacto ¿Sabes?

Es la cosa más ridícula que puede
dejar a cualquiera sin aliento.

Es mágico.

Sí, estoy de acuerdo.

Amo las marionetas.

-Increíble.
-Muchas gracias.

Lo agradezco mucho, y espero que
sigamos haciendo más cosas

y estando presentes en los
mundos y proyectos del otro.

Claro, me encantaría, mantenme al tanto.

Gracias.

Gracias. Estuvo bastante bien,
fueron como 12 minutos.

Sí, 12 minutos y 44 segundos

¿Qué? Oh dios.