"El enigma de mi vida" de Luc Bigé - Vesica Piscis

Hola Luc Biget. Hola Sylvia. Estamos súper contentos de tenerte aquí hoy

para la salida de este libro, El enigma de mi vida que se publica en español con nuestra editorial

bueno, tengo que decir que para mí este libro es un flechazo.

Tengo una gran amiga del alma justamente a la que fui a visitar el año pasado

y que me preguntó: "¿Conoces este librito?" Y yo dije: "No", entonces me lo prestó.

le dije: "Wow, está increíble, me encanta. De verdad me emociona, me encanta."

Me encantó tanto que me dieron ganas de editarlo en español

porque es un libro muy simple pero a la vez profundo, y eso es lo que me gusta.

Es un libro que puedes abrir en cualquier página, leer un pedacito de inspiración, dejarlo aparte y meditar.

Así que, para mí, es una obra hermosa. Estoy muy contenta de que estés aquí

ara que podamos hablar un poco más, un poco más a fondo hoy.

Muchas gracias.

En realidad, la génesis del libro, es una entrevista larga que hice con Sarah Hirshmüller

y que luego ella reescribió, bueno, escribió este texto a partir de la entrevista.

¿La idea original era solo la entrevista y el libro vino después, o al revés?

No. La idea era hacer una entrevista para un libro. Vale. Vale.

Las dos cosas se fueron dando al mismo tiempo, en realidad. Vale. Genial.

Una linda cocreación. Sí. ¿Puedes preséntate rapidito porque sé que tienes un fondo científico

y luego te metiste en otra cosa. ¿Nos puedes contar un poco tu historia?

Sí, bueno, ya es un poco largo, pero sí, la verdad es que tengo formación científica.

Hice un poco de investigación básica, estuve en San Francisco, en bioquímica, en biología en realidad.

Y luego, mi inquietud siempre ha sido lo del sentido y me di cuenta de que la ciencia no podía responder

a la pregunta del sentido. no porque no lo intente, sino porque la metodología científica se lo impide

por la famosa objetividad científica. Solo es científico lo que se puede medir, cuantificar y repetir.

y el sentido es algo más bien espontáneo, que surge y se renueva constantemente.

así que no estamos en el terreno de lo científico y, obviamente, no se puede pesar.

Entonces, después me interesé mucho en el lenguaje simbólico, como una vía complementaria

a la aproximación científica. Así que desarrollé, en un primer libro que se llama Las cuatro vías del conocimiento,

la necesidad de hacer un balance sobre cómo nos relacionamos con el mundo en términos de conocimiento.

con esas cuatro famosas vías: la vía científica, el campo sistémico, que hoy en día está cada vez más desarrollado,

por supuesto, y que corresponde a la ecología, de alguna manera, la vía simbólica y la vía operativa

es decir, el contacto directo con un trascendente.

La vía simbólica responde justo a la pregunta del sentido porque el mundo simbólico

no es simbólico entre comillas, como se dice en esa expresión desafortunada,

sino que los símbolos son operativos y actúan constantemente sobre nuestra conciencia.

Bueno, los publicistas lo saben muy bien, por cierto.

Entonces, el hecho de entender y descifrar las leyes del mundo simbólico en realidad nos muestra

la geografía del mundo del sentido.

Entonces, esa geografía la exploré primero a través de la astrología, que es una herramienta increíble

para el conocimiento de uno mismo, pero también para conectar con el universo,

con los otros reinos de la naturaleza, con la trascendencia, etc.

Luego, a través del análisis simbólico de los mitos griegos como Prometeo, Narciso, Fausto,

los 12 trabajos de Hércules, porque al final, los mitos griegos son como una especie de geografía interior

de nuestro camino espiritual. Cada quien tiene un mito fundador particular,

podés estar en el mito del narcisismo, en el mito de Fausto o de Prometeo.

Entonces no vamos a tener las mismas felicidades y los mismos procesos de revelación

y realización interior. Y bueno, por último, exploré y apliqué esta forma de entender

simbólica, en el simbolismo del cuerpo humano, con la idea de que el cuerpo físico

es una involución del ser en la materia. Es decir, que en el fondo,

el cuerpo humano refleja la naturaleza del ser humano.

Y obviamente, a partir de ahí se pueden entender las enfermedades, porque son solo una desviación

de nuestra propia naturaleza. Entonces, las enfermedades son simplemente el cuerpo gritando su

sufrimiento porque ya no está en el camino, o más precisamente, porque nuestra alma

a no está en el camino que le fue destinado, y en realidad hemos creado caminos falsos.

Bueno, claro que no todas las enfermedades son simbólicas, pero muchas sí lo son.