-
Mina, ¿estás aquí?
-
Ya llegué
-
Eeeh, ¿Mina?
-
Dime, Artemis. ¿Quién es tu dueña?
-
Oh, vamos. ¿A qué te refieres con dueña?
-
Tú y yo somos amigos que siempre
lucharán por la justicia y la paz
-
Mm, ¿amigos, eh?
-
Bien. ¿Y los amigos se ocultan secretos?
-
¿Secretos?
-
¡Ah! Perdóname. Es cierto, fui yo
quien se comió la última rebanada de pay.
-
Pero eso no es necesariamente un
secreto, ¿no lo crees?
-
No hablo en absoluto del pay.
-
Ni siquiera sabía de eso.
-
Oh, entonces
-
¿es por que rompí tu taza favorita
cuando me robé el pay?
-
¿O es por tu suéter favorito que estaba
junto a mi caja y sin querer...
-
¡Basta!
-
¡Así que fuiste tú!
-
Pero no,
-
de hecho, no hablo de todo eso.
-
¿Entonces?
-
Mina está muy extraña
-
Espera. ¡No me digas que...
-
Acabo de tener una plática muy interesante
con Usagi.
-
Me dio noticias muy importantes. Ya
eres papá, Artemis, y no me lo contaste
-
Espera un momento,
¡es un malentendido!
-
¡Mientes!
-
En verdad, te lo juro, Mina.
No sé nada, soy inocente.
-
Así que negarás a ese pobre gatito que
trajiste al mundo, ¡padre irresponsable!
-
¡Sé hombre y hazte cargo!
-
¡Pero soy inocente!