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Bienvenidos de nuevo a la segunda semana
de grupos pequeños de "Hora de soñar".
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Me alegra mucho que estés aquí hoy.
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Sé que este momento tiene el poder
y el potencial de cambiar nuestras vidas.
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Antes de comenzar la conversación,
quiero agradecer a los host de los grupos.
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Gracias por abrirnos sus casas.
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Gracias por su disposición a prepararse,
a orar, a ser las manos y pies de Jesús
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y a dejar que Dios use sus vidas.
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De hecho, si estás en el grupo,
esta es una buena oportunidad
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para dirigirte al host del grupo
y darle las gracias.
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Gracias por estar dispuesto
a ser host de un grupo.
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Eres la columna de nuestra iglesia.
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Dios está obrando con tanta fuerza
en Saddleback en este momento
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y lo está haciendo
a través de personas como tú.
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Para empezar la conversación
sobre la familia,
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vamos a hablar sobre el sueño de Dios
para nuestras familias hoy.
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Recuerda que sus sueños
son en cinco áreas.
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Sus sueños para nuestra vida,
nuestras familias, nuestra iglesia,
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nuestras comunidades
y, finalmente, nuestro mundo.
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Y le pedimos a Dios
que nos dé sueños y visiones nuevos,
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y que nos invite a un futuro más valiente.
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A nivel personal, he estado viviendo
en esta serie durante meses.
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Ustedes lo están experimentando ahora,
pero, con nuestro equipo,
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hemos estado orando y planeando,
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y Dios la ha usado poderosamente
en mi vida.
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Ha sido un tiempo
en el que he clamado a Dios, diciéndole:
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"Dios, dame una visión nueva,
más amplia y más grande para mi vida".
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Esta semana, en particular,
es una de las más importantes para mí,
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dada la etapa en la que estoy:
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con un hijo de 18 años,
otro de 16 y una hija de 11.
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Le pido a Dios, le suplico:
"Dios, dame tu sueño para mi hogar,
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para mi familia".
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Y parte de lo que estamos haciendo
como iglesia en este momento
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es avanzar colectivamente
y con valentía hacia el futuro.
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No se me ocurre nada que impacte más
a nuestra iglesia y a las comunidades
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que rodean nuestros campus que decir sí
al sueño de Dios para las familias.
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Sabes, la familia está en lo más profundo
del corazón de Dios.
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Dios se preocupa por cada generación
y nos reúne en hogares y familias.
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Lo hace físicamente,
en los hogares en los que crecemos,
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pero también lo hace colectivamente
con la iglesia.
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La iglesia es una familia.
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Así que como familia espiritual
con el sueño de Dios,
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buscamos su sueño
para nuestras vidas, nuestra familia,
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nuestra iglesia, la comunidad y el mundo.
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Una de las cosas que sucederán
al final de estas semanas
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es que tendremos un gran fin de semana
en el que nos reuniremos
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como familia espiritual para celebrar.
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Es nuestro 45° aniversario.
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Será el 29 y 30 de marzo, y celebraremos
nuestro 45° aniversario como iglesia.
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Ese fin de semana habrá una gran fiesta
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en la que recordaremos todo lo que Dios
ha hecho en los últimos 45 años.
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Pero también será un fin de semana
de compromiso,
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un fin de semana de expectativa
por todo lo que Dios tiene en el futuro.
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Por eso lo llamamos
el fin de semana de compromiso.
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Probablemente ya hayas recibido
un libro que se parece a este.
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Dentro verás la visión, las iniciativas,
los proyectos, las cosas que vamos a hacer
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como iglesia en los próximos tres años
y que realmente creemos que Dios
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nos está llamando a hacer.
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Quiero animarlos
a familirizarse con este libro.
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También tendrás la oportunidad
de escuchar más cosas,
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que es solo un vistazo
de lo que llamamos "noches de estreno".
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Vamos a tener noches de estreno
en todos nuestros campus internacionales
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y luego aquí en Estados Unidos
en Lake Forest,
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en el campus de Lake Forest,
en el de Anaheim y en el de Whittier.
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Quiero invitarte a que vengas en persona
a una de estas reuniones.
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Vas a oír sobre la visión.
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Vas a oír cómo puedes participar
y a qué nos llama Dios como iglesia.
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Va a ser como una gran fiesta,
como el estreno de una película,
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todo aquello a lo que Dios nos llama
y cómo puedes ser parte de ello.
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Y quería asegurarme de que vengas.
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Pero también al final de este libro
hay algo importante que quiero que veas.
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Vas a ver una página
que habla de ese compromiso.
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Y, lo mas importante,
me gustaría que oraras:
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"Dios,
¿qué quieres que hagamos?
-
¿Cómo quieres que mi familia y yo
participemos en este sueño,
-
este compromiso?"
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Y lo que les pido que hagan
además de orar es que, mientras oren,
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le pidan a Dios que les muestre una cifra,
una cifra de lo que él quiere que den
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más allá de sus donaciones habituales
durante los próximos tres años.
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Ahora bien, este compromiso
es una declaración de fe.
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Es una declaración que dice: "Dios,
queremos que uses nuestras vidas
-
del mismo modo que has usado
las vidas de generaciones anteriores".
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Todos nosotros estamos aquí hoy
porque alguien más se sacrificó.
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Hubo quienes se sacrificaron
por los campus, las instalaciones,
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se sacrificaron para ir al extranjero,
dieron dinero para proyectos
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de obras internacionales
que haríamos como familia.
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Todo esto ocurrió
porque antes de nosotros,
-
otros tomaron
la decisión de comprometerse.
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Ahora es nuestro turno.
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Ahora vamos a comprometernos juntos
como familia
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en el fin de semana de compromiso,
el 29 y 30 de marzo.
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Este gran compromiso significativo
será un gran momento de celebración.
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Así que marquen su calendario
y oren.
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Vamos a profundizar en ello.
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Y, por supuesto, en esa noche de estreno,
sabrán más.
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Todo esto es significativo,
y nos lleva a la conversación de hoy.
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Hoy hablaremos del sueño de Dios
para nuestras familias.
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Si oíste el mensaje este fin de semana
―espero que lo hayas hecho―,
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el versículo al que llegamos
una y otra vez a lo largo del mensaje
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es este versículo del libro de Josué.
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Quiero que oigas este versículo.
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Josué 24:15, dice:
"Pero si te niegas a servir al Señor,
-
elige hoy mismo a quién servirás.
-
¿Acaso optarás por los dioses
que tus antepasados
-
sirvieron del otro lado del Éufrates?
-
¿Preferirás los de los amorreos,
en cuya tierra vives?
-
Pero en cuanto a mí y a mi familia,
nosotros serviremos al Señor.
-
Este versículo es un poco provocador.
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Me imagino que Josué...
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Muchos historiadores y teólogos creen
que Josué tenía como 110 años
-
en ese momento.
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Así que era viejo.
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De hecho,
la Biblia dice al comienzo del libro
-
que Dios va con Josué
y le dice: "Estás muy viejo".
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Así que si el Anciano de días
te dice eso, entonces estás viejo.
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Josué está allí al final de su vida,
y da esta orden al pueblo de Dios.
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Y en esta línea donde dice:
"Pero si te niegas a servir al Señor,
-
elige hoy a quién servirás".
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Es casi como si tratara
de usar psicología inversa con ellos.
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Me recuerda un poco a Stacey,
que hace unas galletas de avena
-
con chispas de chocolate buenísimas.
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Me cuesta mucho comerme solo una.
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A menudo digo:
"Solo me voy a comer una".
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Pero luego me digo: "Bueno, dos".
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Y luego digo: "Bueno, tres y ya".
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Luego: "Cuatro,
hay cuatro estaciones en un año".
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Luego: "Cinco, ya sabes,
para 'Hora de soñar',
-
hay cinco áreas principales
y cinco propósitos eternos de Dios".
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Al final Stacey me dirá algo como:
"Oye, si te parece mal mantenerte sano,
-
sigue comiendo galletas".
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Es como si tratara de incitarme, diciendo:
"Esta es la consecuencia.
-
Esta es la realidad de tu elección
en este momento".
-
Entonces Josué dice: "Si quieres seguir
adorando a estos dioses falsos,
-
si quieres seguir arriesgando tu vida,
si quieres perder la promesa de Dios
-
para tu familia,
entonces sigue viviendo así.
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Por mi parte,
mi familia y yo serviremos al Señor".
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Les está pidiendo que tomen una decisión.
-
Es un momento muy intencionado
en el que les dice:
-
"Deben tomar una decisión,
¿qué van a hacer?
-
¿A quién servirán?
¿A quién adorarán?"
-
Me encanta cómo los hace reflexionar:
-
"Pueden servir
a los dioses de tus ancestros,
-
puedes servir a los dioses de esta tierra,
o puedes servir a Yavé,
-
el único Dios verdadero".
-
Y es interesante porque Josué los invita
a romper con su pasado.
-
Les muestra el futuro ―un futuro mejor―,
pero también les dice
-
que hay que trazar una línea
en la arena que indique
-
que hay un futuro diferente
para mí y mi familia,
-
para el futuro con el que voy a vivir.
-
Así que la decisión que les pide que tomen
tiene tres grandes componentes.
-
Lo hemos visto en el mensaje.
-
El primero es que
la decisión requiere urgencia.
-
El segundo es que la decisión
requiere una declaración valiente.
-
Y el tercero es que la decisión
se transmite de generación en generación.
-
Quiero hablar muy brevemente
de cada componente.
-
Quiero que analicemos
el factor de urgencia.
-
Quiero que volvamos a ver que Josué dice:
"Elige hoy mismo a quién servirás".
-
Fíjate en la urgencia:
"Elige hoy mismo..."
-
Cada día tomamos miles
y miles de decisiones.
-
Una vez oí una estadística que decía
que tomamos unas 30 mil decisiones al día.
-
No sé si es exacta,
pero me parece buena.
-
Y esa cifra es una cifra grande.
-
Ya sean 30 mil o 10 mil,
son muchas decisiones.
-
La decisión más importante que tomas
cada día es a quién adorarás.
-
Es a qué le entregarás tu corazón.
-
Es a quién sirves con tu vida.
-
Josué los está llamando a adorar
al único Dios verdadero, Yavé,
-
y lo está haciendo
con un sentido de urgencia.
-
Creo que la mayoría de nosotros,
si pudiéramos ver el efecto final
-
de esas 30 mil decisiones
―decisiones que tomamos todos los días―,
-
veríamos las cosas de manera diferente.
-
Mucha gente simplemente vive la vida
sin rumbo,
-
lo cual es especialmente cierto
con la familia.
-
Mucha gente no tiene un plan intencional
para su hogar.
-
Así ocurre con los solteros.
-
Hay muchos hombres
que van sin rumbo por la vida,
-
dejando pasar a una maravillosa mujer
de Dios y a la siguiente
-
por no vivir con determinación.
-
Es el caso de los padres.
-
Es el caso de algunos padres solteros
que tratan de salir adelante día tras día.
-
Y, por supuesto, siento mucha compasión.
-
A mí me crió un padre soltero.
-
Pero en todos los casos
―sea que estemos casados,
-
que seamos padres o abuelos solteros―
es muy fácil vivir sin rumbo.
-
No necesitas mucho
para vivir sin rumbo.
-
El estado natural de la humanidad
es vivir sin propósito, al azar.
-
Vivir así solo nos conduce
a la destrucción.
-
Comenzamos con apatía
y pasamos luego a la destrucción.
-
Muchos de nosotros,
si vemos las generaciones pasadas,
-
podemos ver eso en padres y abuelos,
pero no es así con ustedes.
-
No es así con nosotros, dice Josué.
-
Que sea así en tu hogar,
decide servir con urgencia al Señor.
-
Lo que espero lograr con este mensaje
que predicamos el fin de semana,
-
y esta conversación,
es generar un sentido santo de urgencia.
-
Algunos están en un estado
en el que están dejándose llevar.
-
Quizás algunos hombres
estén coqueteando con una mujer
-
que podría destruir su matrimonio.
-
Estos próximos cinco meses
tendrán un impacto
-
en las próximas 5 décadas de tu vida.
-
Algunos están por elegir algo
que parece tan placentero en el presente,
-
pero que podría determinar
el que sus nietos quieran venir a verlos
-
en 30 años o que no quieran
tener nada que ver con ustedes.
-
Quiero darles
una sensación de urgencia:
-
Padres, abuelos,
todos y cada uno de nosotros,
-
debemos tener un sentido sagrado.
-
Elijan hoy a quién servirán.
-
Eso también conduce
a un sentido de comprensión
-
de que esa decisión
requiere una declaración valiente.
-
En su grupo, hoy,
me encantaría que hablaran
-
sobre a qué han decidido dedicar su vida.
-
A menudo hacemos declaraciones valientes
en nuestras familias.
-
Hacemos declaraciones
sobre a qué universidad queremos ir.
-
Algunos, los padres, hacen declaraciones
sobre qué tipo de notas
-
desean que tengan sus hijos.
-
Nos inscribiremos
en programas deportivos
-
y diremos que vamos a estar ocupados
tres noches a la semana.
-
Y ese es el énfasis de nuestra vida.
-
Pero,
¿y si la declaración de mi vida fuera que
-
―sin importar la etapa en que esté,
sin importar la edad que tengan mis hijos,
-
si tengo hijos―: en cuanto a mí
y a todo lo que esté bajo mi influencia,
-
serviremos al Señor?
-
Gran parte del por qué
no hacemos declaraciones más valientes
-
en nuestra vida es porque tenemos
que refrendar esas declaraciones
-
con nuestras acciones.
-
Algunos, hoy,
están en un estado en el que piensan:
-
"No quiero que la gente sepa dónde estoy
para poder seguir sin rumbo
-
y así no tener que dar un paso adelante".
-
Me permito llamarlos a dar un paso
hacia un nivel más alto de urgencia
-
y un nivel más alto de respuesta
al sueño de Dios para tu hogar,
-
para tu familia.
-
Algunos tomaron la decisión,
este fin de semana pasado, de declarar:
-
"En cuanto a mí y a mi familia,
serviremos al Señor".
-
Y algunos han tenido conversaciones
con sus cónyuges e hijos
-
y tal vez incluso con sus padres.
-
Les han llamado y les han dicho:
"Estoy tomando la decisión de declarar
-
que voy a servir al Señor con mi vida".
-
Tal vez incluso se hayan disculpado
por cosas que hicieron en el pasado.
-
Quiero animarte,
si aún no lo has hecho,
-
si lo tuviste en mente
el fin de semana pasado, hazlo.
-
No es demasiado tarde.
-
Envíales un mensaje,
llámalos, ve a verlos,
-
tómate un café
y haz que los que más quieres sepan:
-
"En cuanto a mí y a mi familia,
serviremos al Señor".
-
Esa declaración valiente también conduce
a este tercer y último componente
-
con el que quiero terminar hoy.
-
Es el efecto dominó de nuestras vidas.
-
Hoy vivo, tú vives en el efecto dominó
de mucha gente que nos precedió.
-
Tuvieron fe, se sacrificaron.
-
Estuvieron dispuestos a servir y amar,
e ir a los confines de la tierra
-
con las buenas nuevas de Jesús
y el efecto dominó de su vida.
-
Vivimos nuestras vidas
como fruto de generaciones anteriores
-
que tuvieron fe y estuvieron dispuestas
a soñar el sueño de Dios para sus vidas,
-
para sus familias,
para nuestras comunidades cristianas
-
y para el mundo.
-
La pregunta para nosotros ―al examinar
las palabras de Josué cuando dice:
-
"En cuanto a mí y a mi familia,
serviremos al Señor"― es:
-
¿lo harás?
-
Esa frase está en futuro
y lo que he descubierto a los 44 años...
-
Estoy entre los de 70 y los adolescentes
de nuestra iglesia, justo en el medio.
-
Pero amigos, incluso los 44 ―de los 25
hasta mediados de los 40― se van así.
-
Quiero decir, es como si fuera ayer
cuando tenía veintitantos
-
y ahora mi hijo mayor tiene 18.
-
Y la urgencia de reconocer lo que haces
en cada etapa se extiende a la siguiente.
-
No solo se extiende a las etapas futuras,
sino que se extiende a las vidas.
-
Se extiende a la vida
de nuestros hijos y nietos.
-
Y tal vez no tengas hijos biológicos
o hijos en tu hogar,
-
pero se extiende también
a nuestra familia espiritual
-
y a las futuras generaciones de hijos
de la fe en la casa de Dios.
-
Cuando veo eso con los ojos
y puedo ver el lado positivo,
-
puedo forjar
un nuevo linaje con mi vida.
-
Puedo forjar un linaje de fe que vaya
de generación en generación.
-
Así que mi decisión es tu decisión.
-
Para algunos
es como si tuvieran un hábito en su vida
-
del que Dios quiere que se liberen.
-
Algunos continúan viviendo
en un estado de vergüenza.
-
Algunos siguen volviendo una y otra vez
a este hábito de la pornografía.
-
Otros tienen relaciones a sabiendas
de que están coqueteando con el peligro.
-
Algunos quzás tienen un negocio,
trabajan y se dejan llevar,
-
pero no tienen un rumbo en la vida.
-
Otros son egocéntricos
y solo piensan en sí mismos,
-
solo piensan en sus propias vidas
y nunca en las de los que están alrededor.
-
Lo que Dios quiere decirte hoy
es que eleves tu visión,
-
que levantes la vista
para ver el efecto dominó de tu vida.
-
Oíste en el mensaje de este fin de semana
las estadísticas de los padres
-
que sirven al Señor
y lo que sucede con su familia.
-
En el 94 % de las familias donde el padre
es el primero que decide seguir a Jesús
-
―el hombre de la casa― el resto le sigue.
-
Eso debería conmover tu corazón
y hacerte decir:
-
"Cuidaré del ambiente espiritual
de mi familia y de la cultura de mi hogar,
-
y pensaré, en el futuro,
en cómo mis decisiones repercutirán
-
en las generaciones venideras.
-
Quiero que generaciones futuras se hagan
una idea de mi vida como padre o abuelo.
-
O que sobrinos y amigos puedan verme
con una Biblia abierta y de rodillas,
-
sirviendo con mi vida y que sepan
que yo y mi familia, serviremos al Señor.
-
Esa visión...
la tengo incluso en la mente.
-
Solo quería compartir contigo
uno de mis sueños.
-
A veces sueño que tengo como 70 años.
-
Mis hijos son mayores,
tienen hijos.
-
Y estoy como en una gran sala familiar,
con todos ellos y con mi esposa a mi lado,
-
con Stacie a mi lado.
-
Ella sabe que la he amado fielmente,
que he amado fielmente a mis hijos,
-
que he servido al Señor todo el tiempo
sin arrepentirme.
-
No conozco tu historia.
-
Quizá te arrepientas de algo,
pero hoy es un nuevo día.
-
Hoy es un día en el que puedes
trazar una línea en la arena
-
y trazar un nuevo sueño para tu futuro.
-
Me encanta ese versículo de Joel
que hemos estado viendo
-
que dice que Dios restaura los años
que las langostas se han comido.
-
Así que cuando acudes a él, incluso
en el dolor, el arrepentimiento y la pena,
-
y dices: "Dios, no he amado a mi familia,
no les he servido como anhelo,
-
y siento dolor y arrepentimiento".
-
Dios te dice: "Yo puedo compensar...
puedo restaurar lo que estropeaste".
-
Por eso quiero animarte hoy
a que sientas esa sensación de urgencia
-
y a que vuelvas a soñar, a soñar con Dios
y en lo que es posible en tu casa,
-
a pedirle que te dé un sueño
para tu familia,
-
que te dé un sentido santo de urgencia,
y a preguntarle:
-
"¿Qué clase de relación quieres
que tenga con mis hijos?
-
¿Qué tipo de cultura ―si eres soltero―
deseas que cree entre mis amistades
-
y en mi hogar,
que busque realmente tu corazón?"
-
Ya adelanté
que fortaleceremos los hogares.
-
Lo escuchaste el fin de semana.
-
No podría estar más emocionado
con nuestro sueño como iglesia
-
de acompañar a las familias,
apoyarlas y proporcionarles recursos.
-
Vamos a presentar todo tipo de recursos
para cada etapa de la familia,
-
para solteros, para ayudarte a prosperar,
a vivir el sueño de Dios para tu familia.
-
Hablaremos de eso
en la noche de estreno.
-
No puedo esperar
para darte más detalles.
-
Pero lo más importante:
espero que ahora mismo sientas mi corazón
-
y la carga que tengo por las familias,
-
la carga que tengo por los padres
para que sean grandes hombres de Dios.
-
El peso que siento es ver hogares enteros,
-
ver estas unidades sagradas
que Dios ha diseñado,
-
donde la fe florece
y los padres se conectan con sus hijos.
-
Como iglesia, esto es una parte
sumamente importante
-
de los próximos tres años
y de los siguientes 25 años
-
a los que Dios nos está llamando.
-
TikTok tiene un plan para nuestros hijos,
-
el sistema escolar
tiene un plan
-
Tantas otras personas
-
tienen una estrategia
para nuestros hijos e hijas.
-
Ya es hora de que la iglesia
-
desarrolle un sentido sagrado de urgencia
e intencionalidad,
-
una estrategia para discipular familias,
para ayudarte a triunfar en tu hogar
-
y para vivir el sueño de Dios
junto a tu familia.
-
Sé que van a tener
su tiempo de conversación,
-
y podría seguir predicando sobre esto
por mucho tiempo.
-
Voy a detenerme
para que ustedes puedan hablar
-
Pero quiero dejarles tres preguntas.
-
Les pido que las mediten
y las exploren en sus grupos.
-
¿Qué es lo que le suplicas a Dios?
-
Puede ser la salvación,
-
algo que anhela tu corazón,
o el ambiente que deseas crear.
-
¿Qué le pides a Dios para tu hogar?
-
Cuando te hagas esa pregunta,
-
cómo sería tu vida si adoptaras
esa urgencia desde hoy.
-
Quiero que la consideres
en un panorama de tres años,
-
eso es lo que estamos soñando.
-
Imaginen lo diferentes que podrían ser
nuestras vidas y nuestra iglesia
-
dentro de tres años
-
si todos sintiéramos
esa urgencia en este momento.
-
Y llegamos a la última pregunta:
-
¿qué estás haciendo hoy
-
para caminar en la dirección del futuro
que Dios desea para tu hogar?
-
Quiero animarte
a que también hables de ello.
-
Exploren estos libros
como grupo
-
y oren los unos por los otros,
para que Dios los guíe,
-
mientras como iglesia nos preparamos
-
para la gran celebración
de nuestro 45 aniversario
-
y el evento de compromiso
que se acerca muy pronto.
-
Permíteme orar por ustedes
antes de terminar.
-
Padre, hoy estoy profundamente agradecido
por el don de la familia.
-
Señor, gracias porque la iglesia
es como una familia.
-
Por todos los que se están reuniendo
alrededor del mundo
-
para tener estas conversaciones.
-
Te doy gracias porque
restauras lo que está dañado.
-
Tú te dedicas a traer sanidad
a los matrimonios.
-
Tú te dedicas a sanar,
-
incluso a quienes
han pasado por un divorcio
-
y son padres solteros,
para fortalecerlos.
-
Sé que sanas, Dios.
-
Sé que restauras el corazón
de los padres hacia sus hijos.
-
Sé que te importa
el legado que los abuelos
-
de nuestra iglesia están dejando.
-
Señor, te pido ahora que nos des
un sentido sagrado de urgencia,
-
que despiertes en nuestros corazones
un clamor profundo, un fuego ardiente
-
por ver hogares más fuertes
en nuestra iglesia.
-
¿Acaso no vemos que hay tanto
sucediendo a nuestro alrededor
-
que va en contra de tu diseño?
-
Tú eres un regalo maravilloso
para el hogar.
-
Oro porque seamos diferentes,
-
para que nos ayudes a vivir
vidas contraculturales,
-
a tener hogares contraculturales
que sean como una fragancia del cielo;
-
que cuando la gente
entre en nuestros hogares,
-
sienta que hay algo distinto,
-
que seamos un reflejo
de tu reino en la tierra,
-
tal como lo es en el cielo.
-
Y Dios, te pido que mientras tenemos
este tiempo de conversación,
-
que nos ayudes.
-
Danos claridad
que venga de tu Espíritu Santo,
-
danos sueños que procedan de ti
y que podamos responder a tu voz,
-
para construir el tipo de familias
que tú quieres que construyamos.
-
Construye, Señor,
el tipo de hogares que deseas.
-
Y te daremos la gloria por todo ello,
en el nombre de Jesús. Amén.